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La velocidad de las cosas05 Mar 2015
La velocidad de las cosas
08#assaig

Aprovechar el tiempo es una obsesión utilitarista... el tiempo que no tenemos, el que perdemos, el que nos falta, del que querríamos disponer... y acabamos consumidos por él... permanentemente estáticos e instalados en un tiempo que no transcurre. no ha lugar.

Ningún perro se ha meado en nuestro coche en marcha, no podemos subirnos a varios trenes a la vez, en el mismo momento. La velocidad de las cosas nos supera: queremos abrazar y abarcarlo todo. Y no llegamos, no llegamos a ninguna parte (y quién quiere llegar a algún sitio, puede, y menos así).

[ Será posible encontrar la tranquilidad entre los ruidos? ]

Somos acumulación, dispersión y simultaneidad. No estamos al 100% en nada ni bien del todo en ningún lugar, ¿con alguien?, difícil así. Hacemos 100 cosas, estamos en 100 sitios a la vez –y no estamos en ninguno en concreto, en algún ahora-, las dejamos a medias y empezamos otras cien, a su vez.

Queremos hacerlo todo y ahora, y estar en varios sitios a la vez... LA ubicuidad no es nuestro fuerte. Todo son tareas pendientes que no acabaremos, proyectos que tenemos que iniciar, otro momento será siempre (que resulta ser nunca). No tenemos tiempo que perder, no tenemos tiempo para nosotros mismos. Para algo entre nosotros. Sólo tenemos y tienen un minuto para ti, minuto que debes compartir con mierdas de cosas urgentes, con otras cosas que también piensas en ese momento: pues estamos siempre en otro lugar también, diferente y alejado de dónde tampoco, también no estamos.

Dejamos para mañana lo que podríamos hacer hoy (al fin). Optamos por lo inmediato en lugar de lo significativo, seleccionamos y damos importancia a lo urgente, cuando realmente resulta ser lo menos importante.

[ Podríamos ser un sabroso paréntesis ]

No deberíamos dejarnos llevar ni ser arrastrados, por el ritmo de las cosas...

Estaría bien, de vez en cuando, de forma habitual y sistemática, concentrarnos y centrarnos, cambiar de prioridades, saber descubrir cuales son, identificarlas y hacerles sitio, hacer cientos de pausas que se conviertan en lo sustancial, dejar sitio para algo inconcreto, poder hacer todo lo aplazado, todo lo pendiente, no hacer nada –en concreto ni urgente-, hacer algo –y sólo eso- y que nos aproveche, aprovechar el tiempo con uno mismo, con alguien, contigo.

Dejemos un poco de espacio al tiempo que no tenemos. Demos tiempo al tiempo, pero a nosotros primero.

Tengamos tiempo para estar. Saber estar. Estar bien, me refiero.



Per alfred@sincomentarios.net



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