Pongo la radio muy alta. Las calles están totalmente vacías y voy muy deprisa. Llego a un semáforo en rojo, me tienta saltármelo, pero me detengo cuando veo un cartel que no recuerdo haber visto, y lo miro. Lo único que dice es: Desaparezca aquí, y aunque probablemente sea un anuncio de algún hotel, me desconcierta un poco y piso el acelerador a fondo y los neumáticos chirrían cuando me alejo del semáforo. Llevo puestas las gafas de sol aunque afuera todavía no es de día y no aparto la vista del espejo retrovisor poseído por la extraña sensación de que alguien me está siguiendo...
Bret Easton Ellis