He pasado demasiados años estudiando, entre otras cosas económicas; si de algo me ha podido servir esto es para saber a ciencia cierta que de haber colocado el capital “invertido” en dichos estudios en un conjunto de fondos de inversión, y en su momento oportuno, comprado y vendido ciertas acciones y ahorrado periódicamente a una aceptable rendibilidad, ahora tendría como mínimo un saldo un poco mayor del que ahora disfruto; un título que ni he solicitado, unos ahorros de los que no dispongo y un capital (cultural) que no pienso utilizar más. Paseo a veces por la “rambla de los bancos”... cada ciudad tiene la suya... Veo a ex-compañeros de estudios, trajeados, atareados, veloces, siempre yendo o volviendo hacia algún lugar... A veces incluso saludan; no tienen tiempo para nada más, a veces ni tan sólo eso... Y no me gustan sus caras, no son las mismas; seguramente la mía tampoco, pero aún y no sé porqué tengo una sonrisa floja, no sé si la misma, pero igualmente sincera en todo momento... Por mucho que eso les reporte una seguridad, un nivel social, o una hipóteca a un mejor interés que el del mercado... la verdad es que no les envidio. Otros se han embarcado a veces conjuntamente en proyectos, en ocasiones exitosos, la mayoría de las veces tan sólo en un “ir tirando”... ¡Conseguir!, algo, ¡tener!, más, ¡poseer!, ante todo, alguna cosa, y segura, como si cada siguiente paso estuviese predeterminado de antemano y no darlo representase un cobarde retroceso. (Uno de las cosas más bonitas que me dijo en una ocasión mi madre en un momento crítico fue: “No quiero que seas nunca esclavo de nada ni de nadie”... Sé que te gustaría verme mejor, con cierta estabilidad, laboral, economica, sentimental, emocional...; con un pasado algo más que “olvidable”, algún presente, cierto futuro ni que fuera “a la vista”, o intención de tenerlo al menos... y que no he conseguido nada, salvo y espero, tu respeto.
|