Una de mis creaciones de videodanza favoritas... Por la coreografía, música, temática, montaje... y porque no decirlo: su hermosa bailarina, es Astragalus, de Toni Vidaechea, o cómo bailar cuando no podemos hacerlo, verticalmente hablando me refiero. Resulta francamente odioso y a menudo humillante tener un cuerpo (y esta vez no me refiero al que nos ha tocado, que menuda lotería, esa es otra)... cuerpo que se degrada, lesiona, rompe, duele, que no llega, que no puede... hacer lo que queremos hacer, o que hiciese (y no responde, al menos como quisiéramos)... o lo que ya sabemos, sabemos que sabemos hacer, pero ni aún así nos lo permite... hacer... El puto hacer de siempre. Cuerpo y mente cada uno por su lado. Es estar disociado y en conflicto permanente contigo mismo (o con él, y viceversa pues quién, qué, y dónde esta uno, ese uno, vergonzante y vergonzoso “yo”, sino atrapado en un cuerpo). Quizás el cuerpo es más uno mismo, y sabio, o tan estúpido como nosotros (eso que decimos “nosotros”, autoconciencia, reconocimiento, cerebro), pues no hay nada más (que cuerpos). Y odio y abomino como cobarde (que decía Artaud) esa disociación, desgarramiento. Si el trabajo ideal del guardián entre el centeno consistía únicamente en evitar que unos niños se precipitasen por un barranco... Si los jubilados pasan ½ vida contemplando los progresos en el sector de la construcción... yo haría 3/4 de lo mismo, 2/5 de Mahou o 1/3 de Estrella... observando las evoluciones de Olga Sasplugas. A sus pies señorita... territoris dansa.02 / infected
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Infancia: Aborto constante. Lenta y progresiva deconstrucción del individuo. Segundo capítulo de una mala película con final conocido (como una buena película porno). Niño: Cosa imprevisible y nerviosa con pelota, perro, bicicleta o muñeca. Deberían señalizarlos con balizas. Adolescencia: Construcción de futuros (sino ya presentes) delincuentes, y definitiva destrucción de lo poco que quedaba por construir. Dicha formación incluye la anulación como persona, la abolición de la ilusión, el conocimiento del odio, la envidia y el fracaso, la incorporación del sentido común y del bien social, e incluso de la religión. Juventud: Invento televisivo. Tesoro divino. Duro sevillano. Centro de una nada. Mitad de un vacío. Sentido de la vida, en el sentido que toda ella, independientemente de la edad en que te (des)encuentres, se dirige hacia la juventud, o la imagen que nos han hecho tener de la misma... Sexo, belleza, fama, dinero, amor, poder... y por poder que no quede. En realidad resulta intempestiva, literalmente y en todos los sentidos, incluido temporalmente, sino inexistente, salvo cuando te das cuenta que ya no la tienes. Madurez: Ser como Richard Gere... Un chulo putas guaperas y engreido sin tripa con pelo culo duro vientre plano sonrisa de autosuficiencia muy zen y aspecto sabelotodo forrado de pasta con cambiante chati a juego con el traje... Cosa que como todo el mundo sabe (o debería hacerlo, incluso Julia Roberts) sólo pasa en las películas. Como los cardenales cuando están los suficientemente corrompidos, corroídos y corruptos, la bastante gordos, cebados y sólos, totalmente sólos y no les queda ni dios... han perdido toda fe, en el ser humano, la virgen, los santos y en los reyes magos, como minimo... pueden aspirar a Papa... el hombre llega a ser un ser, o como máximo a estarlo, maduro me refiero. Vejez: Champions League. Fase final... Sin embargo, ¿acaso un corredor de Marathon va a desistir a escasos metros de la meta por cansado que esté, sino todo lo contrario? ... A su ritmo, a cachos, cojeando, arrastrándose... Con la cabeza bien alta por encorbados que estén, sin vergüenza, con toda la dignidad del mundo.
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Ayer llovió... Supo llover como esperábamos que lo hiciese, obligando a trasladar al Cafè del Teatre de l’Escorxador el concierto que Sex Museum tenían previsto hacer al descubierto, presentando en directo su nuevo álbum "United" (Locomotive) con ocasión de una nueva edición de la Fira del Disc de Lleida. Lleno hasta la bandera, pese al horario infantil, pese a la escasa promoción, pese al cambio de escenario... pese a quien pese... No hace falta nada más cuando la apuesta es (así de) segura... [Tomad nota, ejem, Toni, Alberto...] Mods, roqueros, heavis, enrollados, inclasificables, garajeros, modernos, despistados... y los cantamañanas de siempre dispuestos a sudar la gota gorda, mantener un mínimo espacio vital (y si puede ser una cerveza bien fría sisplau sisplau por favor Jimmy) con un buen concierto de Rock’n’roll... psicodelia, garaje, heavy metal... Rock con mayúsculas, Rock a secas... Sex Museum... probablemente la mejor banda... el mejor directo seguro, junto a Lagartija Nick que se cuece por estas lares. Más melódicos, más "bailables", más (y mejor) hammond que nunca, pero sin perder un apice de esa contundencia y solidez habitual, el sonido típico Sex Museum con el que, aunque intentasen desgranar su vertiente más soul en alguna canción, se les acabase yendo la mano (y yo que me alegro)... Cosas del directo... ¿Y de teloneros?... ¿Quién tiene ovarios, cojones, poca vergüenza, talento, actitud, pose, experiencia, saber hacer, contundencia, precisión, potencia... para subir a un escenario después de tal metralleta, apisonadora sonora que es Sex Museum?... el mejor directo que puedas pegarte entre pecho y espalda... ¡Casi nah! Sex Museum: Too Thin Sex Museum: Two Sisters Sex Museum: Independence Sex Museum: Enjoy The forbidden Sex Museum: Directo Lagartija Nick: Ciudad sin sueño Lagartija Nick: Eter del hiperespacio galáctico Lagartija Nick: Contar lo que no quiero contar
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Los objetos están más cerca de lo que parecen... Te advierten los espejos... cosa que no evita que colisiones con ellos... con cualquier cosa, con todo, con un puto coche saltándose un maldito semáforo, una afilada ventana de mierda en un rellano a oscuras... o con tu propia imagen si te acercas demasiado. Cuidado pues podrías no reconocerte... Tampoco puedes ver a tu doble de frente: te aniquilarás si lo haces. [ “... pelmazo, embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes, zángano de colmena, inútil, cacaseno... cuando llegas, borracho, y te paras a verte en el espejo, la cara destruida, con ojos todavía violentos que no quieres cerrar... ]Resulta difícil acostumbrarse a una nueva presencia... ¡No no!, no me refiero a “un otro”, al menos esta vez sino, y mira por dónde al mismo tipejo de siempre, un poco diferente... Pelo tal vez... Menos pelo y cicatrices... más años y cicatrices que añadir a tu denostado aspecto... Un ojo... ojeras... el otro... perfil derecho... barbilla... izquierdo... Ummm... Hay personas que cambian de imagen... Yo en cambio sólo espero que la mía, cambiante constantemente, y por su parte, no lo haga conmigo. [Si tengo que cambiar, que sea para mal... ] Habrá que acostumbrarse a ser diferente (de nuevo). [ ... A duras penas te llevaré a la cama, como quien va al infierno para dormir contigo. Muriendo a cada paso de impotencia, tropezando con muebles a tientas, cruzaremos el piso torpemente abrazados, vacilando de alcohol y de sollozos reprimidos... ]Los objetos en el espejo están más cerca de lo que parecen... Las personas, en cambio, un poco más lejos.... Bastante más lejos, parece ser, empezando por uno mismo (que parece otro). [ ... Oh innoble servidumbre de amar seres humanos, y la más innoble, que es amarse a sí mismo!”, Contra Gil de Biedma ]
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Del inconveniente de haber nacido Emile Cioran Bebé: Génesis, puntual error que se prolonga en el tiempo. Pequeño subproducto de un gran calentón. Origen y final, punto final. Nacimiento de la tragedia (que tituló Nietzsche). Principio de un desastre a compartir, en el mejor de los casos (léase: padres separados). 2. Fábrica de mocos, heces, babas, lloros, pruritos (que no sé lo que es) e insomnio materno y paterno (que por fortuna también desconozco). París, digo parir, debería estar prohibido, dijo mi amiga durante el mes siguiente a hacerlo (y no poder ya evitarlo... Pero mira ahora que bonico es, ¿eh?, gu gu gu... No volverías a hacerlo ni repetirás, pero tampoco te arrepientes, ¿verdad?)... Totalmente de acuerdo: probablemente quizás, que decía Björk, si dicha fase reproductiva, la gestión del embarazo, engorde al por menor y posterior parto (esa aberración) correspondiese a los (malditos) hombres asi fuera, tal vez fuese, e incluso seguro fuere así. Juntos de la mano hacia la extinción (que cantaban Siniestro Total), pues menudos somos los hombres para eso (de sufrir), si bajar la basura ya va contra nuesta (limitada) genética masculina. [ ... o hazlo mal, que así no te pedirán que vuelvas a hacerlo (que cansa, qué coño) ] Hemos llegado –como el lotero de Sort- a la luna, los aviones, aunque con retraso hasta vuelan, los barcos pesan mazo y flotan, cosa que yo no he conseguido en mi vida... ¿Y no se ha inventado nada para parir como quien no quiere la cosa (o abortar en su defecto sin problemas)?... Algo así como, ejem, echar unos polvos en una lavadora y sacar después del preceptivo centrifugado –y del obligado Calgon Antical- un bambino con megaperls de ahí... “El acto de parir, ya se trate de un hijo, una idea o una obra de arte, va siempre acompañado de dolor. Los indios huicholes piensan que la pareja de la mujer debe compartir el dolor y el placer de dar a luz: por eso, mientras ella está de parto, el marido se sienta en las vigas situadas sobre su cabeza con una cuerda atada a los testículos. Cada vez que tiene una contracción, la parturienta tira de la cuerda. Al final, el marido siente tanta alegría por el nacimiento del niño como la mujer ¡O incluso más! Esta costumbre de compartir los dolores del parto, en la que el hombre mantiene una actitud simpática de empollamiento ante la llegada del hijo, está extendida entre muchos nativos”. A. GELTY, La diosa. Madre de la naturaleza viviente, Madrid, 1996. p.68
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