Mi coche es una puta mierda, como todos los que he tenido, incluido el del siniestro total camino del FIB, el “FiaTD1”: Siempre me toca “el último” de la familia y no me queda más remedio que conducirlo hasta que revienta o se cae a cachos (uno de ellos explotó y todo, qué risa, jo...)... Por ello pese a personalizarlos de inmediato con los muñecos más horribles de las máquinas de coger cosas horribles a un euro –es que me dan penita-, les cogo cierto cariño... ¡Venga campeón!, le digo cuando patina el embrague a media subida, ¡que nos vamos para atrás!... ¿Estabas aquí escondido e cabroncete!?, cuando por fin lo encuentro a la mañana siguiente... ¿Pero que mal hueles joder, a ver si nos duchamos algun día, no?... Al Super5 1/2 se le bajaban las ventanas solas, y tenía que parar a engancharlas con un chicle, y llenarlo de cheringas y cucharillas para que respetasen su averiado cierre... ¡Qué pena el día que lo llevamos al desguace!, sin frenos ni embrague, con vergonzosas y escondidas lagrimitas, y sonrisitas de pena, sí, sí, pena penita pena que nos daba el pobre...![]() Pese a todo no pienso cambiar nunca de mecánico... Da cierto temor correr la cortina de plástico, eso sí, atreverse a traspasarla y pasearse temerosamente entre montones de metal y agradable olor a queroseno, gasolina y estupefaciente buscándolo.... ¿Señor Barrachina?... ¿Oiga?... ¿Señor Barrachina?... y que aparezca por donde menos te lo esperas, con un recibito hecho en boli y papel, cuadrícula grande, que olvidastes abonarle hace demasiado tiempo ya...
|
![]() Siempre renunciamos a más cosas de las que elegimos, y eso no nos provoca más que ansiedad y vértigo, una sensación de perdida constante que te impide disfrutar precisamente de aquel o aquella, aquello por lo que optas, o quien te ha escogido... Y eso es una PU-TA-DA. Hay demasiadas cosas que se nos escapan, y la más importante de ellas es el tiempo... el tiempo en si, y lo que es más importante, el momento de cada cosa; cada cosa en su momento, y en contadas ocasiones está en su sitio, ni nosotros en el lugar donde éste se encuentra. Intentar cambiar lo poco que depende de nosotros no sé si será absurdo, en todo caso lo poco que podemos hacer, que nos queda, que nos dejan, pese a que ya empieza a resultar demasiado tarde... Y con aquello que hagamos, comprobaremos que no debimos ni intentarlo en “ese” momento, pese a que no lo sabremos hasta “aquel” entonces...
|
¡Lo consiguió!.. Sin dejar rastro o señal alguna, ningún indicio; de dónde fue, de cómo lo hizo... ¡y el porqué! desapareció... Nada en su comportamiento, ni incluso recordando los días anteriores nos pudo revelar algo; ninguna nota, de despedida o dando explicaciones... Ningún movimiento extraño, gasto anormal o salida extra de dinero en su cuenta corriente... Todo en perfecto y personal desorden como siempre en su hogar... No dejó hijos ni pareja que le buscasen, que llorasen, deudas que pagar, luces encendidas, o alguna cosa por cobrar; y su familia no era de aquí, una postal de vez en cuando quizás... Tampoco se preocupó especialmente por dejar nada, ni fuera ni en su sitio: La cama desecha, dos yogurts caducados, la basura por bajar... se diría que está aún por llegar, sino fuera porque ha desaparecido... y ha desaparecido muy bien: sin morir, sufrir ni llorar; sin despedidas, deudores ni acreedores; sin memoria, recuerdos ni olvidos... necesarios.![]() Perfecto!, incluso en el más mínimo pero importante detalle: Nadie le encontró a faltar.
|
![]() -¡Uh!, ¡Oh!... A ver, es de alguien el perro de ahí fuera????... Se giran dos o uno, mirando hacia atrás con el hombro levantado... -¡Goooooooo!...- Vaya, han marcao... el Madrid supongo... - Por favor... ¿¡es de alguien el perro así marrón claro de ahí fuera!?... blablablableblablebloble... Desisto... Imposible... Aprovecho y me pillo dos Luckys... Salgo... El chucho que insiste en seguirme... ¡rediós!... -Lo sentimos, pero eso no es competencia nuestra, clong!!!... ¡Será hijoputa!, y menos en día de partido ¿verdad?... Si no ha habido ningún daño “efectivo” o amenaza “real” no es cosa suya, me dicen; que te siga un perro a todos lados no es el caso, por mucho que llueva o frunza el ceño... Aún deben de estar partiendose el culo los cabrones... ¡Pues yo no lo llevo a la perrera ni loco!... Los chuchos me dan miedo, e igual lo subo al coche y me muerde, que son muy raros estos bichos, sí sí... Si fuese un gato pues llamaba a Xènia o a Elis, pero coño un perro grandote... pues como que no... Así que lo he dejado en el portal, con el gato comunitario que tenemos los de la escalera, al lado de los depósitos... Se han mirado unos segundos y me he podido largar sin que me siguiese... Y allí se han quedado los dos embobados... He vuelto y ya no estaba... el perro... ¿El gato?... durmiendo, gracias. ![]() Moltes felicitats, tant a Xènia dels 27 el 27, com a Xènia dels 28 el 28
|
|
![]() No veo porqué debo sentirme orgulloso de algo que no he elegido... Yo no he escogido ser así en muchas de mis facetas, o con mi cuerpo por ejemplo –todo lo contrario si se tratase de algo democrático-... y lo mismo es aplicable al lugar de nacimiento, al género o a la cojera... Dudo mucho que si alguien fuese consultado antes de nacer, escogiese precisamente aquello que es ahora, sus desviaciones de la “norma”, perjudiciales para la salud social, física, mental... además de la propia que al fin y al cabo es la que importa a cada uno de nosotros (cosa que no quita que deba defenderse aquello que no está en igualdad de condiciones). No sé si fue La Rochefoucald o Nietzsche, seguramente ambos, quienes decían que hablar demasiado de los defectos de uno mismo era una manera -poco discreta eso sí- de ocultarlos... Supongo son cosas que nos producen cierto temor; que te desprecien por ello, recibir demasiadas miradas, o avergonzarse... ¡Peor aún!, que se avergüencen de uno, por ti... Es algo que no podemos evitar, por mucha, como diríamos, personalidad, entereza, seguridad... o ves a saber tu lo que sea que tengamos, o que nos falte... Todos estamos, somos incompletos por alguna parte, o nos sobra demasiado de algo; y curiosamente siempre resulta ser algo sustancial pues precisamente su carencia o exceso es lo que más nos define, aunque quizás aquello que menos nos representa: Estamos en algún lugar de nosotros mismos que no es accesible desde el exterior... Y estamos en jornada de puertas abiertas.
|
![]()
|
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 103 104 105 106