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mi vida como un caniche (I)
...Se acabó Mazinger y la vida dejó de tener sentido para mi ya a esa temprana edad. Orzowei no cumplía las expectativas de una vida vivible al completo, realizable y asumible en su conjunto y sin contradicciones... eso pensaba yo entre Cariocas y Plastidecors, y unos MB con flecha para arriba de campeonato. Polemizaba por aquel entonces con la Señorita sobre la hermenéutica de Heiddeger y la revisión del idealismo trascendental de Kant. Mis compañeros, atareados en pegar al subnormal del Alonso y en jugar a médicos y bajar las bragas a las niñas se abstuvieron de entrar en el debate. Su silencio me abrumaba en lo más hondo de mi ser... Era yo acaso un avanzado a mi tiempo, navegando cual patera a la intemperie y rodeado de niñatos ignorantes?... un dandy de parvulario con bata abrochada a lo Lord Byron?... o un retrasado mental sin remedio?... el caso es que la profesora me cogió tanto cariño que decidió unívocamente que yo me quedase con ella un año más para proseguir tan intrincado debate filosófico... Mis teorías sobre la voluntad de poder y mi relectura del eterno retorno Nitzscheano, sin duda, habían hecho mella en ella...

Pero, ¡qué me me importaba a mi la incomprensión de esos come-Draculas devoradores de Burmarflash!... Mientras, yo me delectaba con los sandwichs de nata y reflexionaba al pie de la cama sobre mis ejercicios de pretecnología avanzada de quinta generación... Un libro de Kieerkegaard, escondido debajo de Privates, Pirates, Penthouses, Extremes, High Societys, Barely Legals.. y algún que otro Mortadelo y Daredevil, el justiciero ciego, alumbraba mis noches (la lamparilla de perilla se escacharraba cada dos por tres seis)... los ejercicios de ética eran un reto demasiado tentador para mi...

... continuará.
05 Oct 2003 por Alfred


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