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mi vida como un caniche (II)
... me sumergí pues, en nuevos intríngulis y cunilingulis filosóficos... Tanto tienes tanto vales, que decía la vecina y el Último de la Fila, fué una máxima de fregaplatos que yo descubrí por aquel entonces... Lacán siempre tiene razón, que me dije por decir algo... el esfuerzo desarrollado para conseguir algo es siempre disperso, impreciso y baldío parcial o totalmente en remitir a un inconcreto deseo... en consecuencia el resultado es siempre desalentador; derrota a domicilio, un dos en la quiniela... La teoría del malbaratamiento de Bataille acabó por confirmar mis certezas al respecto, y el principio de la entropía en cualquier sistema una verdad como un puño en un fist-fucking. El fútbol, el budismo y la catatonia devinieron pues alternativas plausibles en mi sistema cognoccitivo... Mi escasa flexibilidad y reducido tamaño suponían dificultades añadidas y ponían trabas, de nuevo, en mi camino a la verdad. Pero Verdad con mayúsculas, esa ke hace uuuuuh y te cagas del susto... Desarrollé mi propia teoria zen y practiqué la relajación, basicamente en posición horizontal, estirado y concentrado en mi mismo; y preferiblemente sobre una cama, blanda, grande, y a poder ser acompañado... vibradores y demás eran ya juicios sintéticos o de látex a posteriori.

Después de años de tan ardua meditación, llegué a la conclusión de que ahora me vendría bien un cafecito, y si me pone un chorrillo de Terry, pues más que mejor, óptimo, y me llevo una, de cal o de arena lo mismo me daba... el nihilismo pues, se había apoderado de mi como de un bombero torero sin capa o una sota sin espada... aquel día no había cante...
05 Oct 2003 por Alfred


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