versió original | versió express | delicatessen | fotolog | twitter | vine | storify | youtube | mail

sincomentarios.net/express

¡sí señor esa soy yo!
PipiAquellos que rondamos o pasamos de la trentena tenemos una serie de referentes infantiles comunes, a cual menos recomendable para una adecuada salud mental adulta... La pequeña y sonrosada Heidi, con esa alegría tan poco normal como gratuita, y una sonrisa boba estampada en la cara; siempre acompañada por Pedro y otros animales: Pichi y Niebla, Blanquita y Copito de Nieve, la señorita Rottenmeyer, Clara y el holgazán del abuelo, que más que un dibujo animado parecía un jpg... Marco, siempre con el mono a cuestas y en busca de su madre, desastre de chaval, convertía nuestros sabados tarde en un valle de lágrimas ya a esa temprana edad... Qué decir de Naranjito, el osito Misha y demás freaks... Tan sólo el incombustible Mazinger Z, la bola de cristal y, a nivel personal, Pipi Calzaslargas, constituían un oasis en medio del televisivo desierto que reinaba en aquella época.

Pippilotta Rollgardina Victualia Peppermint Longstockin... La pelirroja y pecosa Pippi Langstrum, jipi con coletas que desafiaban las leyes de la gravedad, minifaldilla remendada, gastadas botas y medias rotas de colores. La ácrata y rebelde, punk y poderosa Pippi nos sumergíaSoooy Pippi Laaaangstrum... en un alucinante y psicotrópico mundo sin ley sospechosamente acompañada de su “caballo” Pequeño Tío y de su “mono” Señor Nilson, organizando fiestas improvisadas con tortitas y limonada, caminando por los techos o viajando en una cama voladora... Vivía sola en una mansión, como una okupa.. No iba al cole, no tenía madre con quien reñir -era huerfana-, y su padre, marino, estaba siempre “de viaje”... Por si fuera poco disponía de una renta perpetua en forma de maleta sin fondo... En definitiva, nosotros éramos a su lado como aquellos pequeños y repipis vecinos que envidiaban su falta de ataduras y obligaciones, sus poderes mágicos y sobretodo, su imaginación, capacidad de lucha, orgullo e independencia...

“Yo soy otro” decía Rimbaud, Pippilotta “esa soy yo”.
30 Oct 2003 por Alfred


Avís legal versió express (+18)

Creative Commons License

Top