versió original | versió express | delicatessen | fotolog | twitter | vine | storify | youtube | mail

sincomentarios.net/express

Breve ensayo sobre un proyecto de locura (I)

Nada más angustiante que el miedo a enloquecer, o sensación más angustiosa que la de estar haciéndolo... Pero tranquilo, cuando (ya) lo estás desaparece ese miedo... Fundado en su momento o no, ya ves, ya no tiene sentido. Sentido ya no tiene. Tiene no sentido ya... Cropolalia, afasia, neurastenia, paranoia... tienes dónde escoger, tomar (y que te den).

¿Y angustiante porqué?... Porqué además te sientes culpable por ello... responsable...

Cuando ya “lo eres” en cambio te declaran plenamente irresponsable, pero la culpabilidad sigue ahí, como en el ensayo de Bataille.

Y angustia también porque no sólo eres tu, es uno, y uno solo (y demasiado), el (que se siente) culpable y responsable, sino porque “la sociedad” te culpa y responsabiliza por ello, con una lastimosa actitud entre paternalista y acusadora... como un cordón umbilical que te asfixia una capa mágica una campana de vidrio que te convierte en invisible, o ése... que nos divierte pero no es de los nuestros... los “sanos”... Apartémosle pues, de nosotros.

[ Un loco es un hombre sin amigos... sin buenos amigos, se entiende... y muy a pesar mío los tengo.. tengo la suerte de tenerlos... aún ]

Hay personas de una tristeza profunda, que necesitan huir hasta del reflejo de la misma, su sombra. Suelen evitar los espejos, vestirse con una sonrisa permanente y ser francos, francamente buenas personas, salvo para si mismos. Se esfuerzan por los demás pero resultan incapaces del más mínimo esfuerzo para sobreponerse... a si mismos.

Personas que han estado tristes alguna vez sin saber porqué, pues (entonces) lo han estado siempre.

No es desencanto ni insatisfacción, carencias afectivas, aunque puedan tenerlas, o falta de ambiciones, incluso si las tienen. No es depresión ni melancolía. No es demasiado azul ni menoscabo de verde, leve y ligera gravedad autoimpostada ni profunda... demasiada y pesada ligereza. Ofuscación o manía. Fastidio en concreto ni difuso desengaño. Ceguera o lucidez. Fatuo ni afectado. Ni perdido ni irrecuperable. Postración o comodidad, Pretencioso ni afligido. Falta de vitalidad o exigencia en exceso. No es nada y es todo. O todo puede ser, que sea, y nada... nada logrará cambiar... nada, de lo que no puede ser, de lo que es.

Como “estar borracho es no estarlo toda la vida” (L.M. Panero).

[ Y no sé qué es, lo juro ]

“Le feu follet”, “El fuego fatuo”, magnífica novela de Drieu La Rochelle y sensacional película de Louis Malle... Solamente recomendables (ambas, sin excepción y mucho) para estómagos fuertes... No recuerdo peor mal cuerpo al salir de un cine. Casi digamos: no recomendable... o de veras, “inolvidable”.

Desoladora, sin salida. La experiencia permanente del desasosiego, sin remedio. Insistente e inevitable como la repetitiva y angustiosa, maravillosa melodía de Satie que tiñe de una tristeza absoluta toda la película y acompaña constantemente a su protagonista.

Hasta el fin.
18 Apr 2007 por Alfred


Avís legal versió express (+18)

Creative Commons License

Top