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territoris dansa. 01

sincomentarios.net/express


Wandering stars, for whom it is reserved
The blackness of darkness forever
Portishead

Noche: Deporte colectivo con escasa luz y excesivo ruido en el que cada uno hace lo que puede individualmente y todos acaban perdiendo... en grupos de uno... La dignidad, amistades, parejas, dineros, saludes, pantalones. Lo que encuentres en ella acabarás perdiéndolo igualmente, y te sabrá el doble de mal.

Sigue al día anterior, y precede a un siguiente (mucho peor). Mercado de carne al por menor en el que lo único importante es el aspecto exterior del producto a consumir.

El consumo, literalmente y en todos los sentidos es, el ejercicio nocturno habitual. Un consumo excesivo e inaudito. De hecho, es propiamente el consumo excesivo el ejercicio a practicar, en un terreno abonado, diseñado, idóneo e ideado a tal efecto. Todo lo que se puede comprar existe en la noche. En la noche todo se compra y se vende. Te envuelves bonito y te vendes; sacas la cartera y pagas.

En la noche se dirimen, se deciden los días, las cosas que van a cambiar durante el día. De hecho todo lo que cambia. Los cambios significativos, relevantes. Sin noche no habría cambios.

El humo es la banda sonora de la noche y el alcohol la bebida oficial. La música se marchó a otra parte y la vida está en cualquier otro lugar.

Las drogas solo pueden utilizarse en la noche, y básicamente para consumirte (ellas a ti). Drogarse de día hace feo.

La embriaguez es inherente a la noche desde que la noche es noche. Un descanso, necesarias vacaciones de uno mismo (que decía Huxley). Por ellos todos son otros de noche, y tú, uno más. Un baile de fantasmas. Literal y metafórica, figuradamente además.

En la noche se practica el alcoholismo, se ejerce la prostitución, el amor, el tráfico de drogas, se perpetran los conciertos de cantautores y tuvieron lugar las fiestas que no te debistes perder.

La gente se mueve repetitivamente bien hinchando la colchoneta (concierto) bien de lado a lado (discoteca).

En la noche se habla fuerte y no se dice nada. Se mira mucho y no se toca apenas. Todos sordos, todos ciegos, todos hablan (alto, vacío y demasiado).

Aunque suela decirse que las noches no tienen fin, la finalidad de la noche es la práctica del sexo, no individualmente me refiero; el intercambio de fluidos corporales, la penetración o inserción de partes del cuerpo humano por/en las de un semejante, pues todos somos demasiado parecidos en ese sentido.

El origen de la noche es la soledad, desde la noche de los tiempos la soledad y la noche, o el intento frustrado y frustrante por disminuirla, camuflarla, olvidarla por unos instantes (rodeados de gentes y a solas con todo el mundo).

En la noche resultan imprescindibles ciertas habilidades sociales, como la cocaína, la labia, el palmito, ser bonito y la desfachatez.

Las flores de noche se riegan con ginebra. Y mucha florecilla venenosa, depredador anda suelto (de noche).

Camareros, putas, basureros y traficantes trabajan de noche. El resto de mortales se gastan en ella la mitad de lo que han ganado durante el día, o como decía Francois Villon... ¿dónde acaba y va todo?, sino a las tabernas y a las casas de putas.

Los camareros, con los años... que digo, a los pocos días, empiezan a acumular una creciente e indignante sordera... Tal vez sea ambiental, que diría House, la quinina (de los gintonics), la gente (que te consume y afecta al oído), músicas nocivas habituales... Tal vez, salvo benditas excepciones, simple y llanamente se vuelven gilipollas: dale un poco de poder a un hombre, ni que sea colocandolo detrás de una barra, y tendrás un soberano (o mejor Terry) gilipollas, un Hitler de bolsillo, un macarra chuloputas o una fashion paseándose ahí detrás sin dar palo al agua.

Los camareros también salen de noche. Entonces son los más buitres, más que el resto de buitres, que son los que no son camareros y salen de noche.

Mis noches son más tristes que los días.

Por último, el Viaje al fin de la noche de Céline es mi novela favorita.
enlace permanente 29 Apr 2007 por Alfred



I.

Le comento, a la hora del cafè, no sin cierta vergüenza a mi compañera de trabajo que temo, debo tener alguna lesión neurológica... algo cerebral... los nervios serán, lo que se dice.. cuando no se sabe qué decir (o es... la primavera que será, será).

[ La camarera hermosa, engreída y con mala leche nos perpetra sendos cortados, que saben la mitad de amargos que ella ]

Emmm... que no recuerdo cosas muy, muy... ¿sabes?... demasiado concretas y reiteradas como para tratarse de un mero despiste, que cantamañanas lo es uno un rato largo, ya sé... Y tampoco se tratan de simples actos fallidos...

¡El coche!... Cada vez que aparco memorizo... visualizo y hago el esfuerzo por fijarlo... en el disco duro: ahí está... Lo veo... Lo sé... ¡Ahí!... Después, al acabar lo que sea, de trabajar, de casa, compras, salir, en fin... Vacío en la memoria... Y en vano recordar.

Anotaba en la nevera el lugar dónde lo dejaba... Con un plano de cercanías dibujado a mano sostenido por un iman de telepizza, recortado con la forma de mi Daewoo en el lugar dónde estaba aparcado... O en la mano, mi Ipod, Palm personal... Pero no resultaba la cosa: a menudo olvidaba anotarlo, borrar la anotación anterior, con lo cual iba a buscarlo a un lugar equivocado... y en lugar de perder horas buscándolo llamaba directamente a la urbana denunciado el robo de mi vehículo.. que luego resultaba estar aparcado delante mismo de mi portal...

[ Sería por eso que no lo anoté... y cuéntaselo al policia que te mira con cara de loco ]

Es una anécdota me dice... ¡Bah!.. Pero no, oye... Luego fueron las chaquetas... jerseys... el móbil, la cámara... personas y hasta los guantes... En fin... que muy normal no es, y uno se empieza a dar miedo y a volverse más inseguro (si cabe, y siempre cabe más)... de todo, incluso lo que acabas de hacer, un segundo inmediatamente después... ¿después de qué? ¿si quizás no lo he hecho?... Sales dos veces de casa, pones el tiquet del parquimetro de nuevo, te tomas cuatro antibióticos seguidos, etcétera.

[ O haz cosas normales y que las entienda todo el mundo, ¡carajo! ]

Le quitamos hierro al asunto... Llega la hora de “plegar”... Bajo.. Salgo... Por la puerta... Principal... Y no recuerdo dónde aparqué...

De hecho, aunque no haya cambiado de trabajo no me hallo, estoy dónde “salgo” habitualmente de trabajar... Porque yo no trabajo en el gobierno militar (ni loco)... En mala hora se me acude regresar y volver a salir, intentando así hacerlo esta vez de dónde habitualmente lo hago, salir... y esperando recordar mejor así, dónde dejé el puto puto coche... Pero una vez he entrado de nuevo al lugar del cual no salí, no hay manera de encontrar la salida... Porque, ¿qué esperaba?, el sitio es, efectivamente, el gobierno militar.

Pasillos y más pasillos, pero que en realidad son las escaleras traseras de mi antiguo instituto... Subo y bajo y vuelvo a subir, pues por mucho que suba o baje no hay numeración ni fin, en ningún, y en todos los sentidos... No recuerdo a qué curso pertenecerá ésta planta pero me dirijo, ahora en horizontal hacía allí... dónde sea pero horizontal, harto de subir y bajar.

Interrumpo clases de compañeros de pupitre, envejecidos y enclenques, tristes como un domingo infinito... revisiones médicas de ex-amantes con material ginecológico para mujeres mutantes, autopsias de personas conocidas que me hablan, entierros a los que he asistido pero en los que no sé quién es el muerto... ¡Horizontal!... Sigo horizontal y hacia delante, pero ahora rápidamente.

Consigo salir de ahí a base de seguir... horizontal... veloz... y de cerrar bien los ojos... Al abrilos me encuentro delante de mi coche. A la salida de mi trabajo. Aparcado, y ¡ahora recuerdo!, precisamente donde lo dejé.

Y esto es lo que más me extraña e inquieta, hace que mi estómago flote, com en el punto de inflexión de una montaña rusa, y desee abrir los ojos.

Finalmente lo consigo y...



II.

Estoy en mi cama. Con los ojos abiertos. Sudando.... Fumo, desayuno, me levanto –por ese orden-, corro, encuentro el coche a la primera, voy al trabajo, trabajo, hago el café y le explico el sueño a mi compañera de trabajo.

[ La camarera cada día más guapa y más chula, y la misma mala leche no perpetra sendos cortados, que saben la mitad de amargos que su corazón de vinagre ya a los ventipocos. Me arroja el cambio y le doy las gracias ]

Volvemos al trabajo. Trabajo, fumo, trabajo, fumo. Y salgo.

Cojo la bicicleta de dónde la dejé, y regreso chino chano por el carril bici.


EPÍLOGO

Como en una serie de muñecas rusas, vuelvo a despertarme por quinta vez, inseguro, con una sensación de irrealidad que me estremece. Que no consigo quitarme de encima, incapaz de discernir con claridad durante una inquietante y eterna media hora.

[ Me pellizco incluso ]

Sin embargo no creo que las horas de sueño trabajadas cuenten como paga extra a fin de mes, en una nómina, tan insignificante, escueta y ridícula como ahora mismo me siento, explicando esto...

[ Mañana será jueves... Hoy ya de hecho... Desayunaré con mi gran jefa, la camarera será menos antipática y hasta llegará a sonreir... me. Y dale un café a un tonto ]
enlace permanente 26 Apr 2007 por Alfred










sant jordi.06
sant jordi.05
enlace permanente 23 Apr 2007 por Alfred



Nada más angustiante que el miedo a enloquecer, o sensación más angustiosa que la de estar haciéndolo... Pero tranquilo, cuando (ya) lo estás desaparece ese miedo... Fundado en su momento o no, ya ves, ya no tiene sentido. Sentido ya no tiene. Tiene no sentido ya... Cropolalia, afasia, neurastenia, paranoia... tienes dónde escoger, tomar (y que te den).

¿Y angustiante porqué?... Porqué además te sientes culpable por ello... responsable...

Cuando ya “lo eres” en cambio te declaran plenamente irresponsable, pero la culpabilidad sigue ahí, como en el ensayo de Bataille.

Y angustia también porque no sólo eres tu, es uno, y uno solo (y demasiado), el (que se siente) culpable y responsable, sino porque “la sociedad” te culpa y responsabiliza por ello, con una lastimosa actitud entre paternalista y acusadora... como un cordón umbilical que te asfixia una capa mágica una campana de vidrio que te convierte en invisible, o ése... que nos divierte pero no es de los nuestros... los “sanos”... Apartémosle pues, de nosotros.

[ Un loco es un hombre sin amigos... sin buenos amigos, se entiende... y muy a pesar mío los tengo.. tengo la suerte de tenerlos... aún ]

Hay personas de una tristeza profunda, que necesitan huir hasta del reflejo de la misma, su sombra. Suelen evitar los espejos, vestirse con una sonrisa permanente y ser francos, francamente buenas personas, salvo para si mismos. Se esfuerzan por los demás pero resultan incapaces del más mínimo esfuerzo para sobreponerse... a si mismos.

Personas que han estado tristes alguna vez sin saber porqué, pues (entonces) lo han estado siempre.

No es desencanto ni insatisfacción, carencias afectivas, aunque puedan tenerlas, o falta de ambiciones, incluso si las tienen. No es depresión ni melancolía. No es demasiado azul ni menoscabo de verde, leve y ligera gravedad autoimpostada ni profunda... demasiada y pesada ligereza. Ofuscación o manía. Fastidio en concreto ni difuso desengaño. Ceguera o lucidez. Fatuo ni afectado. Ni perdido ni irrecuperable. Postración o comodidad, Pretencioso ni afligido. Falta de vitalidad o exigencia en exceso. No es nada y es todo. O todo puede ser, que sea, y nada... nada logrará cambiar... nada, de lo que no puede ser, de lo que es.

Como “estar borracho es no estarlo toda la vida” (L.M. Panero).

[ Y no sé qué es, lo juro ]

“Le feu follet”, “El fuego fatuo”, magnífica novela de Drieu La Rochelle y sensacional película de Louis Malle... Solamente recomendables (ambas, sin excepción y mucho) para estómagos fuertes... No recuerdo peor mal cuerpo al salir de un cine. Casi digamos: no recomendable... o de veras, “inolvidable”.

Desoladora, sin salida. La experiencia permanente del desasosiego, sin remedio. Insistente e inevitable como la repetitiva y angustiosa, maravillosa melodía de Satie que tiñe de una tristeza absoluta toda la película y acompaña constantemente a su protagonista.

Hasta el fin.
enlace permanente 18 Apr 2007 por Alfred



En los inicios de toda relación de presente “más que amistad” y algún posible “más que amigos” futuro, los participantes en la misma se comportan como cada uno cree que al otro le gustaría que fuesen, respectivamente ellos y colectivamente (no si mismos) ambos, pero de una forma estética y visualmente compatible.

Si tan sólo es uno de los participantes quien adopta esa camaleónica actitud, la relación no tiene ningún futuro... afortunadamente, aunque ahora no lo creas, por mucho que insistas y te duela, por ejemplo: que el otro ni (no) se moleste lo más mínimo en ser otro, no muy suyo ni si mismo para gustarte.

Si ninguno de los dos adopta esa moldeada y moldeable actitud, complaciente con los gustos y expectativas del otro, la relación, caso de prolongarse y perdurar en el tiempo, es de mera, simple y bienaventurada amistad. Y un amigo es para siempre (que dicen los anuncios). Mejor que nada; de hecho lo mejor que te puede pasar (aunque seas un croissan). Aunque desgraciadamente suele no incluir sexo. Francamente y en verdad te digo, sólo amiga, nada más que amigo... mía, mío, es así (no lo he inventado yo).

Que la relación tenga futuro no implica que ésta... relación... ése... futuro, sea positivo a la larga ni vaya para largo, sino precisamente todo lo contrario, es más: será peor cuanto más dure (y más dura será la caída). Difícilmente alguien (ni Rimbaud) puede constantemente ser otro, sin interrupción... Imposible dos a la vez.

No obstante, de pedir lo imposible (y serte concedido) recibe el nombre de matrimonio (arrejuntaos o pareja de hecho, seamos modernos... también sin interrupción que decía Baudelaire). Y no es ningún milagro sino más bien una condena perpetua. La realidad virtual está más cerca de lo que crees, quizás al otro lado de la cama (que no es el cojín: los cojines no roncan), y el simulacro resulta ser lo único real. Como drogados de por vida.

Por ello lo mejor es descartar el noviazgo, pretender y ser pretendiente, o pretendido, pretendidamente... y la mejor opción resulta practicar sexo entre amigos... con desconocidos o solamente conocidos (y siempre con boina): en el primer caso te conoces (y reconoces) lo suficiente como para saber cómo es cada uno (de los dos), y no tener que fingir ser otro (cada uno) dada la confianza (no ciega sino evidente: somo lo que hay lo que vemos). En el segundo desconoces lo bastante al otro como para (despreocuparte de) no tener que ser de otra manera, sino cada uno si mismo (como la masturbación)...

Amiguitos, desconocidos conociéndose o conocidos que van a más: si siendo igual de trastos, paquetes y enseres domésticos os habéis gustado, incluso puede surgir algo, sin pretenderlo... aceptablemente sólido y auténtico (es, eres, sois... lo que hay, no lo que te gustaría), duradero (o no, pero lo que deba ser) y divertido (eso seguro)... Hasta amor en minúsculas... ¡Uauh!... ¡Imagínate!

Y si no, que os quiten lo bailao. Ele

[ No importa nada al amor que la amada / No haya existido jamás Machado... O aquello que mayormente y más a menudo solemos identificar, reconocer, señalar -paradójica y románticamente además- con el amor, o el amor (por el que) que más sufrimos: pasión, frenesí, deseo, atracción... y desengaño, sea más que una infección, un virus... o paja a cuatro manos ]

PD: La canción es de Dinosaur Jr, I feel the pain... en cabeceras anteriores, ahí arriba, la podéis escuchar completa
enlace permanente 13 Apr 2007 por Alfred



La realidad está en otra parte... ¿Dónde la habré metido?... Quizás ni existe, no busques más... O no es más que una hipótesis, harto decepcionante además... O como dijo –el recientemente fallecido- Baudrillard, no hay realidad sino un simulacro de la misma, y los medios devienen los constructores ideológicos de esa realidad virtual, “ilusión radical que niega la realidad real...”. Su representación mediática se sobrepone, la suplanta o simula... precede y determina lo real.

“Representación sin presencia”, un oasis sin remitente, metáfora del vacío o reflejo virtual... pero interesado (eso sí).

No existe nada que no aparezca en televisión, o mejor dicho: nada existe si no aparece en televisión... Si a eso añadimos que lo que aparece en televisión no es necesariamente cierto (sino todo lo contrario), así como probablemente sea o fuere, o directamente no existe...

[ o sea publicidad, o sea... ]

La publicidad... que vende desodorante, dentífrico, churros, una hipoteca mostrándote unos pechos turgentes e imposibles, sugiriéndote (y ni te enteras) una vagina, penetración, cipotes, una... ¡Qué coño!... Hermosas mujeres que miran coches vacíos –¿acaso las mujeres no compran coches sino sólo los miran?-... Que venden juventud de estraperlo por cuatro perras, rebajas, descuentos, mercadeos..., anti-edades milagrosos, perfección y maniquíes de plastico... Que pretende convertirte en un escaparate ambulante para los demás... Que te dice ¡tú puedes!, joven, pitufín... conseguirlo con esfuerzo (aunque seas discapacitado) sólo para provocar la emoción, la empatía del espectador con la marca... la misma que luego fabrica pelotas en païses subdesarrollados con mano de obra barata e infantil... Los mismos niños que mirarán entusiasmados en la única tele del pueblo a Ronaldinho con una pierna amputada por una mina antipersona haciendo un regate... con una pelota de las suyas.

[ Y la publicidad no es sino la caricatura de ello, de una realidad ausente y ridícula ]







La publicidad que te exige poseer riqueza, belleza, fama, prestigio, sexo... en televisión, en la calle, los diarios, la farmacia... ¡Juventud!... A cualquier precio (pero nosotros más barato)... pues los viejos no son rentables, no tienen futuro -más que 4 días- ... y el futuro no es lo que era, si ni el presente es real.

[ o es publicidad, o no sea nada ]

Sibilina y con segundas, sino subliminal... A eso ha llegado, a que tengas que reconocer la voz o saber que Cortazar tenía problemas de dicción para comprender un anuncio de coches, por ejemplo... ¿Por qué es de coches, verdad?... Un texto anticonsumista utilizado precisamente para vender... ¿El qué?... Qué marca?.. ¿Rayuela?... Y lo más importante... ¿Tendrá alguna incidencia en el volumen de ventas?...

Me pregunto si la publicidad no llegará a ser vista como algo directamente negativo (o puto spam) sobre el producto anunciado.

[ Entonces llegará un anuncio, pantalla en negro, arial 80... Nosotros no hacemos publicidad... Fabricamos coches... Desenfoque y... el clásico “BMW” o “Wolswagen”... De los pocos que han conseguido prestigio –y ventas, supongo- “anunciandose”... Además de por fabricar coches... buenos... ¡Qué coño será por eso! ]

Pero me gusta, me gusta la publicidad... Al menos es honesta... Hijadeputa pero honesta: se sobrentiende... que es mentira... ¿o tal vez lo único “real”?.. “El simulacro es verdadero”, ciertamente... pero del resto no estoy seguro. Del cierto que para nada, oye.... ¿Me oyes?... ¿Eo?... ¿Hay alguien ahí?... ¿Daisyyyy?


Nike contrata a 35,000 trabajadores en Vietnam, en su mayoría mujeres. Les pagan un promedio de $1.60 por 8 horas de trabajo al día. Los zapatos que producen pueden venderse hasta por $165 en los EEUU.

En India, Sonia, una niña ciega de 11 años, pasa el día cosiendo pelotas promocionadas por Eric Cantona. Tarda un día para coser dos pelotas por las cuales recibe lo que equivale a 2 pesos. En 1997, Eric Cantona recibió £19.000 por semana, sin incluir el dinero que recibió...


por publicidad...
enlace permanente 09 Apr 2007 por Alfred



Publicidad: por definición y en esencia: mentira de corta duración (salvo publireportaje). Su función consiste en elogiar las ventajas de la compra, consumo o uso de un producto o servicio, y las desventajas de hacer lo impropio con el de la competencia, independientemente de las características de ambos. Normalmente se elogian y ponen de relieve las propias, a la vez que se revelan, denuncian (o inventan) las ajenas, a no ser que el publicista sea un tontaina, que suele pasar... (yerro en el asunto, demasiado “listos” que son). Ejemplo:

Un anuncio debe, o como mínimo debería, en primer lugar dar a conocer con exactitud el producto que se está vendiendo (aunque parezca una obviedad probad y veréis, cuántos casos sabéis, es decir, desconocéis el producto)... En segundo lugar: la marca del mismo... Y en tercer lugar: que sea para bien, recordar y verlo positivamente (no solo el anuncio, sino 1. el producto... y 2. la marca)... No sea que en lugar de un “gelój” te compres un coche, o que de una campaña de miles de euros de Seat resulte un aumento de ventas para Daewoo, o que dejes de... Bum bum... Bum Bum... comprar un producto o usar un servicio porque su anuncio resulta odioso...

¿Què están vendiendo pues, si desconoces qué “te están vendiendo”, y además no sabes su “marca”, “identidad”?... Evidentemente el propio anuncio... Al mismo publicista, que tal vez espera ganar el próximo certamen de Sundance o Cannes o... lo que sea, justificar miles de euros de forma espectacular, antes que vender una marca (y producto).

[ Excepción: generar curiosidad, interés, expectación... por algo que no se muestra de forma evidente, como en una película de Haneke, la terrorífica Benny’s video, por ejemplo... McNaughton en Henry, portrait of a serial killer ... Cat people de Jacques Tourneur... Tarkovski en Stalker... o Carl Franklin en -la injustamente desapercibida- Un paso en falso... Fuera de plano (pero siguiendo ahí, no pares de filmar): la cámara, desplazada de la acción, del objeto y sujetos de interés para generar mayor inquietud y desasosiego... al entreveer, ver amedias u oir los gritos, llantos y gemidos... y golpes, patadas, puñetazos, tajos, vivisecciones, hachazos, puñaladas, pinchazos... Perdón, disculpen... Cuando veo un objeto punzate o afilado no puedo evitar... fshhhhh... pensar(lo) en mi piel... Agito la cabeza violentamente hasta desvanecer esa grima

Que quede claro.. no me refiero a esas pelis Sofcore o de “pseudoporno vergonzoso” donde la cámara se dirige a las manos cogiditas de los amantes y ¡hop!, fundido en negro (cuando empieza el folleteo y se acaban los previos) ]

CLIPS
Benny’s video (Michael Haneke)
Henry, portrait of a serial killer (John McNaughton)
Cat People (Jaques Tourneur)
Stalker (Andrei Tarkovski)


En definitiva, que la tele es mentira (que dice mi mare)... Como todo y todos, vendiéndonos a diario en un estudiado simulacro, que cantaba La Lupe... desplazamiento de cámara, desenfocados... una constante ortopedia social de la cual resultamos desconociendonos... a nosotros mismos como una máscara impersonal, blanca y neutral, con el rostro desdibujado detrás.

Aunque al menos con la publicidad resulta algo tácito, dado por sobreentendido... ¿Me entiendé?

[ o regresamos en breves momentos... ]
enlace permanente 05 Apr 2007 por Alfred



"Una parada. Una parada de metro: un espacio público, transitorio, en movimiento constante; un ritmo colectivo inconscientmente pautado; inercia; velocidad. Una parada. Una parada en el tiempo: un espacio privado, un momento de conciencia; la virtud del momento de libertad hecha durar; inmersión, suspensión.."



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enlace permanente 02 Apr 2007 por Alfred



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