![]() En lugar de aconsejar, realizar pues una anotación a pie de página, una consideración previa para los previos y sin distinción de género, en el incomprensible, vergonzante e irracional mundo del aproxima-miento: Sed guarros, chulos, descorteses, malas personas; no tengáis detalles ni mostréis vuestros cariño ni sentimientos; no se lo digáis con flores, mejor siquiera ni mentarlo; achantar la mui, que no se note, impasibles, misteriosos; somos malos pero sin esfuerzo, somos así, de impresentables, de vagos... Pasemos delante, sentémonos en el asiento más cómodo o en la única silla; pedimos primero, para vosotros, pagamos lo nuestro. Miremos de reojo, por encima del hombro o, mejor ni mirar: ignorar concreta y evidentemente, que se note que es a él/ella a quien no miramos, quien nos importa un bledo o 13. En caso contrario, y después, no os estrañéis ni lamentéis que unas no-flores sean consideradas como agravio comparativo, un no-beso como una falta de cariño y señal inequívoca de no-amor, o un cada-uno-lo-suyo como una horrible descortesía. Todo, por pequeño que sea, devendrá entonces imperdonable... o ya no me quieres como antes.. y ya resultará demasiado tarde... serás un odioso e impresentable de por vida, si es que te dejan con ella... la vida, que el/la partenaire está en otro baile... con otro impresentable que ha seguido la oportuna recomendación... ser malo para luego resultar mejor a secas. La atracción de la apatía, la fatuidad y lo frívolo, es lo que se lleva y triunfa... Y mira que cuando me pongo pésimo soy realmente nefasto... tirando a bueno que es peor... Y ya no sé que es lo mejor.
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