Si los "Darwin awards" premiaban a todas aquellas personas entestadas en mejorar la especie humana autoextinguiéndose (practicando con el ejemplo y empezando por ellos mismos), los "Premios Stella" quizás caminen en sentido contrario (concretamente hacia atrás y con los dedos de las manos, como la niña de “El exorcista”): Consisten en premiar las demandas judiciales más absurdas y las sentencias más ridículas, presentadas como no, por la gente más aprovechada y “campeona” del mundo... El premio toma prestado el nombre de Stella Liebeck, que en 1992 compró un café en McDonald’s -en vaso de cartón, y tapa de plástico-, subió a su vehículo para seguir su viaje, lo puso entre sus piernas y, en una brusca maniobra, el vaso se abrió... quemándole las piernas, claro. Stella demandó a McDonald’s y el jurado falló a su favor con la bonita suma, ¡ding doooooong!, de 2.9 millones de dólares... En su memoria, las tazas de café en Estados Unidos llevan ahora un cartel que reza: "¡Cuidado!, contiene una bebida caliente y puede quemarse". [ Quizás por ello algunas comidas congeladas Findus sugieren “PARA SERVIR: DESCONGELAR PRIMERO”... El postre Tiramisú (marca Savory) e impreso en la parte de abajo de la caja: “NO DAR LA VUELTA AL ENVASE”... Las planchas Rowenta: “NO PLANCHAR LA ROPA SOBRE EL CUERPO”... o un teclado (RAZOR Keyboard XP): SI NO FUNCIONA, ESCRÍBANOS UN E-MAIL A... tales para cuales... seguimos... ] Algún que otro ejemplo más... Terrence Dickson de Bristol (Pennsylvania) y caco de profesión, se quedó encerrado en el garaje de una casa (previamente hiperventilada, claro está) en encontrarse su puerta averiada. La familia estaba de vacaciones, y el señor Dickson (el caco) se tuvo que pasar 8 días encerrado en el garaje sobreviviendo a base de Pepsi y comida para perros que encontró... Denunció al dueño de la casa por los daños morales sufridos por aquel incidente, y el jurado cifró la indemnización del propietario al ladrón en medio millón de dólares... ... Kara Walton de Claymont (Delawere) denunció con éxito al propietario de un Club nocturno de la ciudad en precipitarse por la ventana del baño al suelo y romperse los dientes en la caída. Esto ocurrió mientras la señorita Walton intentaba escaparse por la ventana del baño de mujeres para no pagar la cuenta de 3,50 dólares... Pero eso, ¿a quién coño le importa?... al jurado como mínimo no: El propietario tuvo que pagarle 2,000 $ (y los gastos dentales, aro...)... ... Un restaurante de Philadelphia tuvo que pagar a Amber Carson de Lancaster (Pennsylvania) $113.500 después de que resbalara con un refresco y se rompiera el coxis. Dicho líquido estaba en el suelo porque ella se lo había lanzado a su novio media hora antes durante una pelea... ..... Dada mi propensión innata al pequeño y ridículo accidente, a los mil dolores pequeños y los diminutos males mayores, quizás debiera mudarme a los Estados Unidos (acompañado claro está, de un abogado samoano...). Estas y muchas otras historias ennnnn... ¡los Premios Stella! El movimiento continuo y eterno existe: la estupidez humana (es un –mal- ejemplo).
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