![]() (Después de la boda de la que huí el sabado pasado, mi familia “sanguínea” se reduce a cuatro personas... aún no hemos hecho las pruebas de paternidad ni de adn a los periquitos...) Si algo mata el cariño, si no tenemos en cuenta a “otros cariños” claro, es la convivencia... “Cuando la pobreza entra por la puerta el amor salta por la ventana” cantaba El último de la fila... y el romanticismo se esfuma por la chimenea de tan quemado que estás por cambiar siempre tu el rollo de papel de váter, bajar la basura o cocinar otra vez, y cada día. Porqué cada día hay que comer, y cada día pues, cocinar (y después fregar); y alguien tiene que cocinar (y también, y después, fregar), pues el amor sólo alimenta tres años; luego llegan las indigestiones, flatulencias, estreñimientos y diarreas. Te conviertes en la sopa boba cuando no en segundo plato recalentado, y el plato de lentejas se enfría en el microondas. ¡Quién diría que estaría por la familia!, precisamente cuando me queda tan poca... ¿“Hacer otra”?, difícil lo veo... Y la gente cada vez más ya tiene bastante, incluso más que suficiente con la suya... Y.. ¡a otra cosa mariposa!
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