![]() Comprobar las fechas de caducidad de los medicamentos... Aprovechemos “la situación” que nos brinda el destino desde nuestra taza de váter para revisar esas lindas cajitas que pueblan el botiquín, leer cada uno de los bienaventurados prospectos, indicaciones, efectos secundarios... Pongamos un poco de orden, si ya no en nuestras vidas al menos en su farmacopea... Analgésicos –menores y mayores-, ansiolíticos, calmantes, expectorantes, mucolíticos, antitusígenos... Por tamaños después, grageas, sobres, pomadas, jarabes... drogas mayores a un lado... ¡Qué bonito y profesional nos ha quedado!, ahora ya podemos enfermar con total tranquilidad o amputarnos sin dudar. Comprobar que hemos procedido a la limpieza de nuestras partes íntimas, tirado de la cadena, y que no hayamos dejado ningún resto desagradable a todas luces, a efectos de visitas posteriores... En caso negativo utilizaremos ese bastón provisto de cepillo en la punta ubicado paralelamente al retrete, para más señas, y del cual todavía son muchos aquellos que desconocen su finalidad específica más allá de la mera decoración. Proceder a una limpieza intensiva de manos, con agua y jabón, y a su secado; por ambas partes y de cada una de ellas, y sin excepción. ![]() Comprobar y ajustar la posición –on, off- del cierre de nuestra prenda inferior, y con cuidado.
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