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Si hay algo que odio es tener que hacer cosas contra mi voluntad, algo que me desagrada, que me convierte en esclavo, algo a lo que estás obligado y te parece absurdo, además de no tener ni posibilidades de prosperar ni de éxito alguno... Tener en definitiva que contentar a la gente sin quererlo, no el disgustarlas por no hacer "éso" (nada más lejos de mi intención, he hecho cosas peores y mucho más estupidas) sino "a la cosa en si", que tienes que hacer (por cojones u ovarios, y no pas por los tuyos...). Prometí al ser que más quiero y a mi mismo (o sea otro muy diferente) no ser esclavo nunca más de nada ni de nadie, como tantas veces he podido ser... Hasta ahora lo estaba consiguiendo (por ejemplo, ejem, no haciendo casi nada).... No hacer nada que me desagrade si no es para conseguir otra cosa (que sí, que sí que quiera realmente). Obligarme a algo que no quiero si no es por un objetivo o premisa mayor que deba cumplir y respetar, o para no dañar a los míos, hacerles felices incluso...  [No creo que hacerse adulto implique necesariamente ser más responsable. De hecho las personas más "maduras" que he conocido rondaban los ventitrenta... En todo caso estoy seguro que hacerse mayor consiste básicamente en poder ser menos irresponsable, en una progesiva disminución del grado de despreocupación... Y la verdad, siento envidia de aquellos que pueden hacerlo, lo que les da la puta gana, que no tienen que hacer, lo que no quieren... Por como son, y por las circunstancias que sean, que se lo permiten...] ¡Yo quiero hacer lo que quiera, coño! o perdón y mejor: No quiero hacer algo que no quiero (ni hacer ni nada ni pollas) y que además es imposible... Y que caso de conseguirlo, aquello imposible, el resultado será aún peor, peor que lo que tengo que hacer para conseguirlo me refiero; aún lo querré menos si lo consigo, lo que no conseguiré, casi tanto como lo que tengo que hacer para conseguirlo, lo imprevisto, lo muy poco probable... el esfuerzo que tendré que esmerzar para ello (y el hecho de tener que contrariarme a mi mismo, lo más costoso al menos en mi caso y proyecto de persona)... De conseguir el objetivo por el cual no quiero luchar y a cuya batalla "estoy obligado" y condenado a fracasar, tendré que renunciar a ello, éso está claro... ¿Entonces?... Todo resulta tan ridículo, tan absurdo, tan tonto... tan sencillo... Que no me queda más remedio que complicarme la vida una vez más... apretar los dientes, pasar por el aro y contentar a los demás (al precio de horas, días de esfuerzo para nada... no para nada sino para algo que no quiero y que no... No sé si lo he dicho...)... Y todo por, por... ¿amor? ¡Mierda!
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