Abrazo: Inercia hacia el otro, al de verdad. De que nos sientan de veras, al auténtico yo. De mostrarnos y que nos dejen ver, sin miedo. Intento de aproximación, interior y exterior a la vez. Necesidad impulsiva, impulso necesario. Atracción física, que no necesariamente sexual. Transmisión de un sentimento profundo por vía superficial, tópicamente hablando. Pese a ello, ser algo tópico, resulta harto infrecuente el dar y recibir un verdadero, sentido y auténtico abrazo. No es suficiente con exprimir a tu oponente o dejarse coger por tu contrario... Por el contrario: quien más recibe precisamente es el que da; quien menos da el que más necesita, contrariamente a lo que pueda parecer. [ Delicadeza no es sinónimo de debilidad ni orgullo de fuerza ni firme de intransigente ni tolerante de débil ni intolerancia de firmeza ni certeza de verdad ni duda de inseguridad ni temor de cobardía ni inconsciencia de valentía ni seguridad de nada... de nada seguro... Todo es relativo, ok... pues entonces no estés tan segura y seguro de ello que tal vez, tal vez haya cosas que no cambien tan fácilmente (seguro que no) ] Decía Louis Aragon -y el bolero aquel- que entre un hombre y una mujer lo más profundo es la piel... Ni importa el género ni es lo más profundo ni tampoco es la piel... lo más importante es que lo que hay, que haya algo más, todo lo además. Desconfiad de quien no os duela delicadamente u os duela de verdad, al abrazaros; de quien se muestre débil, blando y enclenque, al recoger vuestro sincero y sentido abrazo. Bilateral, transitivo, alcohólico.... o unilateral, cosa que comprobaréis al momento por la tibieza de él o la susodicha. O por vuestra incomodidad al recibirlo. Cuando el abrazo es recíproco parece ser que la vida tenga algún sentido, en concreto dirigido hacia los demás y hacia uno... uno que pasa, pues a los pocos minutos, que decía Céline, la mierda vuelve a empezar... [ O aquella relativa inseguridad, satisfactoria y gratificante incomodidad que supone todo lugar nuevo... Después descubres que el viaje es una fatua y cansina metafora –a lo Kavafis-, que todos los lugares son el mismo, si no es uno el que cambia. Que no puedes escapar de ti mismo, sobre lo cual los demás tienen escasa incidencia... ¿alguien?, difícilmente cura, tal vez efecto, ni que sea secundario... El protagonista principal sigue siendo el mismo. Y cambiar de escenario no modifica sustancialmente el guión ] Si Louis... Céline, Aragon... Si la gente es mala es porque sufre... si la gente duele y daña cuando puede, si es que puede, podría hacer cualquier otra cosa para evitarlo, evitar sufrir y dañar quiero decir, y no lo hace... Si sufrimos y hacemos sufrir porque si, incluso sin percatarnos, pudiendo no hacerlo, teniendo cualquier otra opción... somos malos, empezando por uno mismo. [ Y ser malas, malos o malajes... sufrir también, preferir el sufrimiento, quien nos haga sufrir, ser sufridos o sufridores, no nos hace para nada especiales, tan sólo malos, malas y malajes. Y tontos, tontos y tontas, tontísimas también ] Sin embargo, el miedo, la ignorancia, la desidia, el sufrimiento o la cobardía no son excusa alguna de nuestra maldad, ni que sea inconsciente o no pretendida. Si somos culpables es porqué tenemos elección. Si tenemos elección aun queda esperanza. Y de momento, a diferencia de La Rochelle, yo reclamo la vida.
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