nadie nace enseñado (pero algunos nunca aprenden)

Aquellos que pasamos de la trentena solemos tener padres... esos, eso del sofá que no es el cojín (pero está cerca del mando a distancia)... los padres (papás, varones, hombres y machos)... nuestros padres, de también una determinada edad (la suya), de una generación (cuya manera de ser y actuar ya dura demasiado)... ¿Son domésticamente unos completos inútiles?... ¿Sí, a menudo, bastante... o tan sólo completamente?... Yo creo que tan sólo mucho, pero no por incapacidad, incompetencia o a propósito.... Es que están tan mal acostumbrados pobrecicos, a tener el plato en la mesa, los cubiertos limpios y del lado que toca; y el toque punto de sal, cerveza fresca en la nevera y pan tierno a mano; papel de váter siempre en el rollo y el vater reluciente... La camisa planchada, after-shave a punto y la cama caliente... ¡no te jode!, es a lo bueno a lo que uno se acostumbra, ¡así cualquiera!, y esos cualquiera son, ni más ni menos que nuestros padres (papás, varones, hombres y machos)... y si nos dejan nos dejan, ay ay... (que pocas iniciativas salen de uno mismo, sísí, que somos cromos-somos –y si además nos ayudan-...).

La necesidad crea el órgano, pero no prepara los huevos fritos ni frega la cocina; nadie nace enseñado (salvo Fernando Savater), pero algunos se empeñan en no aprender, y nosotros en ser tan tontuelos de no enseñarles, pero no a freir un huevo sino lo que es bueno (o quizás, lo que es malo...).

[Y no hay nada malo ni denigrante en servir a los demás (camareros, cocineros, limpiadores, basureros... o “madres”, por poner otro ejemplo), sino todo lo contrario... pues si no sirves ni para servirte a ti mismo... ¿para que (coño) sirves?]

[No sé si los tiempos han cambiado –que cantaba ¿Bob Dylan?-... si no es para mal... Esa pérdida, entre otras cosas, de determinadas y llamadas, “parcelas” de “poder” doméstico –y capacidades, aptitudes, conocimientos, sabiduría...-, como por ejemplo, un dos tres: la cocina... Pues ahora mismo se me ocurren más compañeros que ejercen bien “sus labores” que amigas... Y es que a veces creo que la igualdad, tanto en un sentido como en otro, significa estar todos igual de mal –¿todo (y sólo) lo malo “se pega”?-, ser iguales de inútiles, de tochos e insensibles, de... pero iguales, eso sí... No me malinterpretéis por favor: se trata en definitiva de que entre todos, hombres y mujeres, no dejemos “la casa por barrer”... y las parcelas, dejémoslas en el campo]

No me meto con mi pare (suerte que he tenido, y mucha mucha, pero no en este terreno precisamente), ni con el tuyo ni con los padres en general (bueno, eso sí...)... tan sólo un poco (mucho)... sino más bien con esa (de)generación, la familia -“como dios manda”- y tal, la costumbre, lo habitual, lo cómodo, los roles... esas (no tan) estupideces, vamos... ya me entiendes... y si no, quizás es que eres uno de ellos... “papá, varón, cabeza -¿?- de familia, hombre o macho”... (o de ellas, por que no decirlo...).

14 May 2004 por Alfred

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