¡Ni qué tal ni cómo estás ni qué cojones!... Hola y adiós y mejor no preguntes si no te importa saberlo (pues sólo sé decir la verdad)... Con la cara pago siempre... pues no tengo nada más. No se puede vivir siendo sincero, no se puede decir la verdad y seguir viviendo... normalmente... Es como, como... un nivel de farsante irrealidad el que vivimos, un halo de presunta normalidad que todo lo cubre, vestidos para la ocasión con tejidos prestados, malos hábitos comunmente adquiridos, contagiados socialmente; una especie de hiperrelación ortopédica, un convenio de trato social y convivencia, hipócritamente establecido, implícitamente pactado.. en el que nos hemos instalado cómodamente para ahorrarnos esfuerzos, incomodidades precisamente... y eso es asqueroso, ¡puaj! (Perfectamente pues, puedes desconocer a tu mejor amigo, a tu pareja, o a la persona con la que has vivido toda tu vida, cómo es realmente, lo que le pasa lo que piensa lo que siente.. por ti por mi por los demás, y de si mismo) Acabamos asumiendo como “normales” palabras, respuestas, conversaciones, situaciones... que ni mucho menos (ni nunca) lo son... Con el rabillo del ojo puedes intentar observar que se esconde realmente... la realidad me refiero, pero es un ejercicio no demasiado recomendable... Mejor ir por partes: empezar por aquel, aquellos y aquellas que creas poder, o al menos intentar entender, y que te importen... ¿Conclusión?: eres un asocial, pero no uno más, quizás tu amigo. (No dejar pasar, aceptar como normal cosas que no lo son de ninguna manera, con tal de ser “aceptado”; aceptar ser diferente, por solo que devengas, pues sólo así podrás estar con alguien realmente) ¡Aceptamos como buena la respuesta!, asentimos, sea cual sea (ni que fuere una mentira) mientras no nos incomode; damos como respuesta cualquier cosa (pour parlé) falsa o vacía, con tal de no incomodar al prójimo; que no sientan lástima, miedo o pena, que no resultemos absurdos o incomprensibles, que no puedan observarnos con recelo... Hay que ser normal, como dios manda o de cierta manera, y en cada momento. Y yo no sé hacerlo (ni quiero aprender ni ganas ni nada).
|