Aunque todo lo que escribo tenga como origen algún hecho, alguien o algo personal en concreto, no acostumbro a explicar mi vida (ni al por menor ni al detalle) salvo en contadas excepciones... Decía Michi (Panero) que en esta vida se puede ser de todo, menos coñazo... No sé si con ello me conoceréis bien poco, o más bien aún que a otras personas que también (se) escriben... Confirmemos la regla: Mis tíos (por parte de mare) son la polla en vinagre... Hoy han venido dos de ellos de visita... Cuatro Romeros pues, tomando el vermut, es algo espectacular gratis... M no ve (“llevoh las gafah puestah?)” un carajo en sus narices, y P (su hermanoh) no oiría al séptimo de caballería ni a los cañones de Navarone a dos metros... Recuerdo a M preguntándome en la boda de alguien (pariente supongo), qué hacía tan quieto ese niño... en verdad (te digo): el monaguillo de madera de las propinas de los curas (¿se dice así?... ¡cepillo, coño!))... o cómo es que había tantos pajarillos en el balcón, pinzas en el tendedero de la ropa en realidad... Hablar con P es oirte a ti mismo; no porqué sea del mismo parecer que tu, sinó que de tan fuerte que lleva el sonotone te escuchas a ti mismo en estereo, dual, sorround y acople... Hoy discutían sobre cual de ellos había tenido más infartos... ¡nah, nah!, las anginas no cuentan, decia M... Le he rehecho a M. en pdf, la chuleta semanal de las (24) pastillas (diarias), se han tomado sus pestiños y dos copitas de licor de cerezas (uno, que es apañao) y se han marchado (como en la canción de Alejandro Sanz), los dos cogiiiiidos deeee la mano (para más seguridad...); discutiendo a gritos eso sí, sobre el mineralismo y el nombre de las migas... “¡pero si tu pare no pissóhn shu vida una cosshina!”, decía P.... “¡pueh mira quer tuyoh!...”... ¡nah!, para tirar cohetes... ¡Chimpóm!
|