... Seguimos... Como Tomas y Teresa –la insoportable levedad del ser- pensaban sobre los hijos, yo tengo suficiente con los gatos de los demás... No tengo demasiada conciencia natural –¡verduras! que decía Baudelaire -, animal o social... Supongo que por despiste o falta de interés; tampoco mala fe, no les deseo nada malo ni haré nada que les perjudique a sabiendas, incluso si me lo explican o me alertan estaré por ellos... al menos en el caso de animales y plantas... Sencillamente prefiero las verduras con bechamel, una espaldita de cordero al horno o los paisajes industriales. Y para nada los actos sociales claro está... Un amigo imbécil se encontró a Chula... Como tenía prisa y no sabía que hacer con el animalico no sé le ocurrió otra cosa que tirarlo a la basura en una caja de zapatos... Después de despedirme amablemente hasta otra y llamarle imbécil, claro está, ¿qué hacía yo con un gato en una caja de zapatos?... Me dirigí rápidamente a casa de Glòria, y allá encontró su lugar, un hogar... Continuará...
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