![]() En Lleida se llama Arnalot, pero su nombre da igual y cualquiera podría ser la ciudad. Son aquellas personas que deciden lo que NO debemos escuchar, quién NO puede actuar, qué NO podemos bailar, dónde termina la LIBERTAD DE EXPRESIÓN: sencillamente en los límites de su ideología, o en su (corta, estricta y ciega) amplitud de miras; y ahí cabe muy poco, Fermín por ejemplo, perfectamente cualquier otro. ¿Y la música?... ¡da igual!, de hecho ni tan siquiera –incluso lo afirman- la han escuchado, ¡vade retro satanás!... por eso a la babalá, sueltan perlas como... “concierto de ESTAS características”... “para el gobierno tripartito es más importante traer a ESTOS cantantes que organizar conciertos donde la gente pueda disfrutar”... “la libertad de expresión tiene sus LÍMITES”... “responsabilidades ante ESTE GRAVE asunto”... “votar en contra de organizar ESE concierto”... Emmm... ![]() Fermín es independentista, euskaldún y músico –por orden de “gravedad”-. Muchos de sus conciertos han sido ¡sic!, suspendidos por ello. En Lleida -por suerte- actuó ayer. El concierto no lo organizaba Carod-Rovira, Maragall i/o Saura, de hecho ni el ayuntamiento, sino una empresa privada. Xavier y Glòria tuvieron que hacer dos horas de cola para comprar una entrada que mucha gente –por suerte, mala suerte- no pudo conseguir. La GENTE, ESA gente que llenó la Sala y disfruto, o disimularon todos muy bien (saltando, bailando, riendo, cantando...). Emmm... ¡Salut!, ¡moltes gràcies Fermín!
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