Si algún mérito hay que otorgar a los Esplendor Geométrico –y ya sería hora... quizás tengan que morirse o recibirlo en otras lares para ser reconocidos aquí también -, es el de haber intentado llevar a la práctica ideas que ahora reivindican, influencian, cuando no llevan a cabo, parte de la electrónica más rockera y del noise, el tecno más experimental y avanzado o el industrial más ruidista... Future Sound of London, Jeff Mills, Einsturzende Neubauten, Pitch Shifter, Leftfield, Mouse on Mars, Autechre, Most Significant Beat, Squarepusher, Aphex Twin, Orbital... son algunos artistas que beben de las fuentes de Esplendor Geométrico, una de las propuestas más innovadoras, arriesgadas y transgresoras de la escena independiente española, ya en sus origenes como Aviador Dro y sus Obreros Especializados a principios de los ochenta. Decía Blake que el necio que perseverase en su necedad llegaría a sabio, y que si otros no hubiesen sido tontos tendríamos que serlo nosotros; Swift añadió que resultaba una señal inequívoca de sabiduría que todos los necios conjurasen en contra de alguien... Más de veinte años llevan ya los Esplendor Geométrico -bautizados así como homenaje a una obra del futurista Marinetti, "El esplendor geométrico de la mecánica del mundo"-, conjurando de cualquier forma menos en silencio, valga la ironía; ajenos al mundo, modas y críticas, fieles a sus ideas, desde las sombras de su “fábrica”... ¿Innovadores?... ¿Cómo un grupo con más de veinte discos a sus espaldas puede mantenerse en la vanguardia?... Sin duda deviniendo intempestivos, ajenos a cualquier otra cosa que no sean ellos mismos; siendo visceralmente autenticos en definitiva. No son un grupo de cómoda escucha ni resultan para nada fáciles, tampoco pretenden ni creo que deban serlo; no es su finalidad la de entretener, y en algunos obsesivos y ruidistas casos incluso parece ser todo lo contrario: Una agónica búsqueda, constante y asistemática, premeditada y profunda del dolor sonoro, puro y duro. Por fin un álbum de Esplendor tras más de cuatro años sin publicar nada nuevo (desde Polyglophone y Syncrotron). Compuesto de Hierro es un disco que sorprenderá por diversos motivos. Menos ruidista y más sereno que Polyglophone, sus temas son el ejemplo más perfecto del sonido Industrial-Tribal de Esplendor, desarrollado durante más de dos décadas, recordándonos en ocasiones a su álbum más “étnico” Mekano Turbo. Los ritmos, hipnóticos y muy elaborados, son combinados con maestría con cantidad de voces manipuladas, sonidos electrónicos analógicos, y grabaciones de músicas orientales, sobre todo chinas. Compuesto de Hierro supone un punto de vista diferente en la fusión de músicas tradicionales o étnicas con la Música Industrial clásica. Grabado en Pekín durante el 2003.
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