El otro día, 6 del 6 del 06 en concreto, me di cuenta que no tengo 35, sino 34... Casi siempre, o mejor dicho, no recuerdo desde cuándo... ¿los 27, 29... 14?, he tenido problemas para recordar mi edad... Tampoco me he esforzado demasiado por hacerlo... Están ahí, suman y siguen, ya ves tu... Los recontamos cuando toca, por ejemplo recortar y retocar con un cutter las velitas, “hacer el número” y colocarlas en el pastel... Fuuuu... Soplarrrrrr, y luego me olvido... [ Y está vez me he saltado un año supongo... doy error del kernel, estoy algo fatal del sistema o alguna dll tonta tendré] Supongo es raro que alguien no recuerde su edad... o que crea que tiene una que no es la suya, vamos... Tampoco la de otro, que al fin y al cabo es la que merezco (por viejo)... Despiste que es uno... No sé que coño habré hecho yo para merecer estos 365 días de más... o menos... No sé si quisiera repetirlos idénticamente... Muy niezstcheana la cosa... ¿Se repetirían exactamente igual, haría yo lo mismo y retornaría lo idéntico?... Fijo que no... Conociéndome, al minuto pasaría alguna cosa que cambiaría todo el resto... Pero... Independientemente de lo que pasase... ¿Me comportaría igual sabiendo –dato importante- lo que ha pasado/pasó/pasará de nuevo (o no) ante las mismas circunstancias, repetidas situaciones, conocidas personas?... Nada es, puede ser lo mismo si ya tienes la experiencia de lo pasado, que regresa... Demasiada ventaja... Todos me dicen... ... ¿o desventaja?... Conocer de antemano algo, una cosa, situación, persona... no te libra de cometer los mismos errores (por mucho que “planifiques” un previsible y seguro acierto a medida), sino mayores incluso... porque las cosas importantes son siempre inesperadas y llegan... como vírgenes, 100% puro de oliva... Casi prefiero ser –igual de- inocente que culpable por listo, por conocer demasiado... Odio a los sabiondos... No por sabios (habitualmente por si fuera poco suelen ser los más ignorantes) sino por engreidos y sobrados, esa superbia y fanfarronería de taxista descamisado y facha que envía a medio mundo a picar piedras o de vieja de ventitantos, “cruel como quien puede” (que decía Panero) descerebrada, con la personalidad de una de 12 y corazón de vinagre. [ No hay nadie tan ignorante como el que cree saberlo todo ] ... (continuará... ¿pero igual?)
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