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pequeñas ruinas personales, o derecho de error (admitido)

Uno de los derechos humanos no reconocido en carta magna (terry o soberana) alguna es el de equivocarse. Hay que respetar nuestras ansias de error, irrefrenables impulsos, sesgadas hipótesis,delirios de fracaso y proyectos de equivocación, seamos o no conscientes de ello (por evidente que resulte a los demás)... Además, no estará de más pala y escoba para recoger (a posteriori) los pedazos de ésta, nuestra pequeña ruina personal... También ser conscientes que muy a menudo nuestros mejores éxitos provienen de un error inconsciente (como toda fortuna proviene de un crimen... Dostoievski -úsese en la barra del Café, que muda mucho...-).

¿Ni (especialmente) de lo bueno podemos ser responsables ni adjudicarnos mérito alguno?...

Lo que es seguro es que quién no se arriesga a equivocarse y persevera en algo incierto o descabellado (y persiste en su necedad, Blake) no llegará a sabio... o al menos a saber, si la hubiese acertado (por ejemplo no haciendo nada, que se cansa uno y suda, cobarde)... aunque probablemente se evitará muchos disgustos, todo hay que decirlo (y dos veces, muuuuchos disgustos...).



No te lo pienses... Peroooo... ¿Hacerlo o no?... ¡Héchalo a suertes!... Total, lo mismo da, y además da igual...
23 May 2005 por Alfred


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