Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas Albert Einstein Reflexólogo: El que cuando señalas mira el dedo, piensa con el culo, tira de la lengua y habla por los codos (sin cabeza ni pies). De la misma forma que los críticos literarios, cinematográficos... acostumbran a ser malos escritores y directores frustrados cuyas críticas no son sino la venganza, envidia y rencor por todo lo que pudieron haber sido (y por suerte nos hemos ahorrado de leer, escuchar y ver los demás, simples e ignorantes mortales), es costumbre del reflexólogo versar sobre el medio y el continente, más que sobre el contenido y el fin... En fin, tan objetivos y suyos que sus opiniones suelen ser las mismas que las de los otros críticos, que las suyas propias (suelen repetirse y autocitarse) o basarse en las contraportadas (que como todo el mundo sabe han escrito los propios autores de los libros, entre otras cosas para ahorrar a los críticos la contrariante, fatigosa y ardua tarea de tener que leerlos). Todólogo: Cualquier persona que no tenga puta, veraz, concreta y ampliada idea de nada al minuto de entrar en el mundo de la política, del periodismo (o de iniciar un blog). Individuo que a la primera te la suelta con segundas ante un tercero, sin que ninguno de los cuatro sepa de qué (coño) está hablando. Especimen avesado y versado que prosa en verso sobre cualquier tema por alejado que esté de su formación, cultura y conocimientos. Su capacidad oral es directamente proporcional al concepto que tiene de si mismo, e inversamente proporcional al interés de... digamos lo que dice... o sea lo dicho... Experto: Persona que ¡zak!, colecciona fracasos... El conocimiento acumulado no es óbice, sino ¡kapow!, incluso causa de nuevas (aunque reiteradas) colisiones. Pues bien sabido es que las cosas se mueven (contra uno), que la experiencia no es un principio absoluto para comprender (afrontar y no chocar de frente con) la realidad; que los hechos se repiten, aunque el camino para llegar a lo idéntico es siempre diferente -de existir algo idéntico, ni tan siquiera a si mismo--; que hacer lo mismo no te garantiza el mismo final (sino incluso peor); que el necio que persiste en su necedad llegará a sabio... pero el sabio que hace lo propio con su sabiduría sólo llega a sabiondo -y ¡thunk!, se vuelve a meter (y no a la vecina)-. Ignorante: Cualquier persona que tenga la mínima formación, cultura y conocimientos... como para darse cuenta, saber y reconocer lo poco que sabe (y callar, que además de sabios resulta la maaaaaaaaar... de silencioso). El que no sabe, entre otras cosas lo afortunado que es por desconocer todo aquello que ignora. De ahí la acepción ignora-ante: el que ignora incluso ante de no saber nah de nah (a diferencia del todólogo que sabe toh de nah, y nah de toh a la veh).
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