¿Estás contento? Pregunta Mon... Pues sí y no, hemos respondido al unísono... o sea no. Me parece fantástico que no haya lucha armada en Catalunya, propia o ajena, sea o venga de donde venga. Me parece lamentable que exista lucha armada, en Euskadi, España o Tegucigalpa. De la misma manera, tan mezquino me parece pensar que el hecho de que aquí no haya terrorismo signifique ser indiferente –incluso alegrarse o festejar, ¡por dios, qué estupidez!- el dolor ajeno... como exigir la unidad –de atentados- en lo universal, o antes que alguien se salve pringuemos –epañoleeees- todos... Quizás si ciertos políticos fuesen de otra manera, catalanes, vascos, españoles y todos, viviríamos en paz; juntos o separados, en este caso tanto da. Si Eta -como parece ser- pretende hacer política con ello -aupa el pp, cuanto peor mejor, y de paso convertir a los catalanes en más odiosos si cabe-, debiera hacer –de una puta vez- sólo política... y saben un montón pues, ¡menudo favor! y perversa jugada nos han hecho... eso no es una tregua, sino una coreografia de teatrillo, y nosotros –otra vez- los bufones... Ahora nos caerán –de nuevo- de todos lados, y muchos que se alegrarán –incluso aquí mismo-. Como la estupidez, los derechos humanos no conocen estados, naciones ni fronteras, no distinguen comunidades, provincias o regiones, religiones, razas o género (como recuerda Elis). Paz y libertad. Y del resto hablamos después... pues en algún momento habrá que hacerlo... vamos, digo yo (con todas –y solo- las cartas sobre la mesa...).
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