Nos pasamos media vida intentando ser únicos y exclusivos, nos ofende y sienta mucho peor poder descubrirnos iguales o similares, al resto de la gente... y la otra media pareciéndonos a los demás, intentando pasar desapercibidos, tener lo que todo el mundo (en teoría) tiene y disfruta y bien que les va (teóricamente...). Lo curioso del tema es que ambas medias vidas no sean sucesivas, sino simultáneas... Estamos en conflicto permanente con todo lo que somos, que no vemos en los otros y nos diferencia de los demás; además con todo aquello que los demás tienen (y nosotros no). Quizás la solución sea sentir, que nadie es como tu (y cada uno muy suyo), y saber, que en el fondo todos somos parecidamente iguales. Lo suficientemente diferentes para ser uno mismo (y los demás ellos), lo bastante parecidos para no ser demasiado otros (o aquellos)... Moderadamente yos, aceptablemente diferentes... Freud al final y al cabo sólo pretendía convertir la miseria histérica en desgracia común, o mal de muchos consuelo de tontos... Si te sirve no creo que seas tan tonto... Yo debo ser demasiado listillo y espabilao como para serme útil a mi mismo, o inútil total para hacerme funcionar de otra manera. Todavía no he llegado al punto de llamar verdad a todo aquello que funcione, pero estoy dispuesto a empezar a hacerlo, por ejemplo el día que lo encuentre...
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