... Coleccionamos por tamaños y en ese armario, centenares de bandejas de plástico, tapas y botes de garbanzos, judías, lentejas... como si este año sí (como el barça) fuesemos a hacer (20 quilos de) conservas... Los ponemos en remojo incluso, para quitarles la etiqueta (Carrefour, El Hostal, Hacendado... )... Cuando hay demasiados los subimos a “las golfas” (buhardilla)... ... No tiramos nada, ahorramos restos para ser ricos en miserias... ... Gadgets, cachibaches y chirimbolos inéditos, inauditos e inutilizados se acumulan bajo la pica... picadores, pelapatatas, licuadoras, yogurteras, exprimidores, molinillos, ralladores... aún algún antiguo sobre de tang, gaseosa, polos caseros y eso, que no sé para que sirve (ni tiene nombre)... ... Guardamos las sartenes en el horno, por tamaños (y porqué ya no quedan más armarios por llenar)... también el pan duro para hacer (20 quilos) de pan rallado un día al mes, para rebozar (filetes de pobre)... ... Tenemos la nevera llena de imanes del Telepizza, Pizza Hut (o Recuerdo de Menorca), hojas de laurel en el bote de los huevos, 4 huevos duros marcados con una cruz, , (todavía) un solitario plato de duralex donde se baten los huevos (sacado con los polvos de la lavadora), un reloj de pared adelantado, un frutero vacío, una lata de Butter Cokies Andorrana por estrenar (o llena de polvorones para las visitas), snacks y pastas saladas con peces, palitos y osos, un limon con clavos en la nevera, el jamón del lote colgado de un gancho (y cubierto con un trapo), a veces una bolsa de caracoles, chorizo con film transparente y goma verde en la punta, e incluso sobrasada (que trae tu amiga de Palma)... ... Nuestros vasos son recipientes de nocilla, los cubiertos regalos de packs de Gallina Blanca, y las ensaladeras del Agrigel (por cada nuevo cliente)... Guardamos en botes de nesquick miles de gomas de pollo y cierres del Bimbo... ... Llevamos 20 años suscritos al Círculo de Lectores, porqué somos pobres (pero cultos, jumm)... ... Los sábados “arengades” para desayunar, los domingos churros; después berberechos, olivas rellenas, mejillones, paella... o canelones... ... Hacemos ver al (pobre) camarero o (rica) cajera que tenga en cuenta también señor señorita aquello, que no nos ha cobrado mire usted gracias gracias... ... Tenemos un San Pancracio con una moneda de cinco duros y perejil, la giralda y figuritas de Lladró, la planta de la suerte (robada, cómo no) y siempre, un rollo de papel de váter en la reserva (empalado con una barbie de ganchillo), pues los pobres cagamos, meamos y nos tiramos pedos y rots, pero los ricos también lloran... Sí... que no eres rar@ ni tu mare tampoco... porqué los pobres somos así, y lo seguiremos siendo... [Toda fortuna proviene de un crimen, y los pobres somos por defecto (valga la expresión y la redundancia), pobres y honrados...]
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