[Seguro a alguien no gustará, pero... al que le pique se equivoca, y ajos come el que tiene boca...] Quizás me llamen separatista, rojo, masón, polaco, pueblerino o incluso nacionalista o ¡válgame dios!, catalanista vade retro (cuando en el mejor de los casos pues sí, soy un poco payés), por reivindicar algo (más sobao que un pasiego) de primero de educación (cultura, historia, geografía y política) general básica como es el principio de autodeterminación de los pueblos.... por ejemplo un, dos, tres responda otra vez: el catalán (eso, ya estamos otra vez...11-S...). Como llevamos ya demasiados años siendo “problema”, “el problema” ... pues ¡una solución quiero!... Con Centenario (de Terry) y a por todas vamos a ello... El problema de España es... que siempre tiene demasiados problemas (y si no se los busca)... El vasco, el catalán... sin darse cuenta que quizás el problema lo representa ella, para nosotros. De veras sin ironía alguna lo digo, y lo digo como lo siento: no tendría prejuicios en decir que soy español; pero la realidad es que no nos dejan serlo (bien ni de veras) ni mucho menos sentirnos (a no ser bien mal)... Confederación, Estados Asociados, buenos exs, compañeros y vecinos... da igual la fórmula (lo que importa es el resultado, y que funcione), pero otra cosa, no como ahora, no como esto... juntos (y de qué manera) por gusto, decisión propia y mutuo acuerdo, o unilateralmente (sí, sí, el divorcio no es cosa de dos...) separados (cada uno por su lado y diós en la de todos...). [... pero mal vamos y lo seguiremos yendo, y siendo “problema” cuando no se tiene en cuenta que somos dos partes y no UNA, y una parte de ella...] Pues sí, estoy de acuerdo en el fondo (que no en la forma) con Rodríguez Ibarra en el problemón que somos, a lo cual y al cual, propongo la siguiente solución: Dado el principio de autodeterminación no cuela no cuela y no cabe en la Constitución (que pongan más páginas coño!... además, quiénes somos nosotros para decidir nuestro propio futuro y, ¡anda ya!, autogobernarnos), pues a colación propongo sea tenido en su amable, atenta (y considerada) consideración, la inclusión del derecho de alterdeterminación en la carta, ¡ouh yeah!, magna. Así, dado nosotros no podemos no podemos, que sea el pueblo español quien decida vía democrático referéndum (en tahoma 12) que será de nosotros (antes que hayamos muerto, aún, que estamos vivos): una colonia con vistas al mar o paradero camino de Europa, segunda residencia en Montserrat y Lloret, parque tematico “españa en miniatura” o de aldeanos con barretina i pa amb tomaquet, ingleses a cambio de Gibraltar (en virtud del Tratado de Utrech reloaded 2.0) o seamos cedidos (hasta final de temporada) a Andorra a cambio de un cartón de Lucky y dos botellas de Bombay... (de podar votar me decantaría por esta última opción seguro). [De lo que no estoy tan seguro es del “sentido” de su voto... que tanto hablar y pocas nueces, mucho ruido y tanto hablar...]
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