Decía el filosofo –y un mug promocional de mi universidad- que el hombre es la medida de todas las cosas... Probablemente por ello los filosofos acaben solteros, si no es que la mujer sea quién posea el metro y lo esconda por algún lado. Mientras sorbo el último sorbo del cafè, que suena a letra de un mal bolero eso, pienso que no debería pensar tanto, que me dice el Antonio: menos pensar y más hacer, coño. El movimiento se demuestra andando... - Joder, ¿pero tropezando dos veces con la misma piedra o volviendo a caer también, maestro?... - No amigo, eso es la gravedad. - ¿La gravedad de tener que levantarse otra vez? - Repetida, con voz ronca y muy seriamente lo digo - Ca-rajo - Con dos co-jones diría yo Asi pues, en adelante decido tomarme las cosa con menos filosofía, y con más hielo por favor señorita. Y sin limón, que se me queda cara de rancio. Lavo el mug entonando una de La Lupe, me pongo un pijama que da el pego y peligro: salgo a la calle. Aparten a las criaturas. Al menos del camino hacia el bar. A ver si hoy conseguimos salir de él. Del mismo. De bar. E ir a otro al menos, que siempre somos los mismos. De siempre. De más de lo mismo. De tíos. O conseguimos establecer contacto con alguna extraterrestre. Vida inteligente en este planeta, que la nuestra harto, mucho y muy harto, está demostrado que no. Investigación, conocimiento, ciencia ficción. H. G. Wells y P. K. Dick pagan la próxima ronda. Romperemos las estadísticas según las cuales resulta imposible volver a tropezar, cada vez además, con la misma piedra. Que nos la cambian de sitio que lo sé yo que te la ponen ahí. Aunque lo imposible, como todo, es probable, y además: suele pasar... Coño, pero que le toque a otro alguna vez, joder. - Desde luego estás iluminado, Alfred - Más bien deslumbrado, y no sé llevar gafas de sol... Tampoco nadar... Bueno de hecho no floto, tengo el centro de gravedad hundido... bajo el nivel del mar... Ni hablar por teléfono.. Tengo ceguera nocturna... el contraste, ¿sabes?... También sabes del pie del que cojeo y... - Sos un mentiroso mi amor Mierda, por una, en realidad media mentira que conté, no me volvieron a llamar... Se coge antes a un cojo que a un mentiroso. Y diciendo la verdad, pero la verdad, puta y desnuda... la verdad, es que no vamos a ninguna parte. - Nene, a un buen mentiroso no se le coge jamas... En fin, otro de lo mismo por favor.
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