Personas “jarrón chino”, por su envase las conoceréis, hasta que día a día van quedándose arrinconadas, desplazadas, reemplazadas... por el atractivo que representa toda novedad, y la soledad que acompaña a todo lo conocido, demasiado -y pronto- conocido, o directamente el día en que se rompen... Chicas que se creen especiales, sólo por el hecho de tener cuerpo de mujer y ser, aceptablemente hermosas... que ser mujer es otra cosa (mariposa). [ Mérito atribuible, en todo caso, a la genética de sus padres ] Gafitas de sol y mirando de lado, inisinuantes, sugerentes haciendo caritas, morritos y enseñando piel... como promesa de una nada, de postal sin remitente y nada qué decir, más que texto intercambiable, SMS de plantilla, copiar-pegar. Como cromos. Pues en la esencia de todo jarrón chino está el romperse, el ser arrinconado, permanecer en un rincón hasta ser recambiado o servir de florero. Se definen por su exterior, aunque dentro pueda no haber nada, oh, sorpresa! que hondo es el vacío!, para qué sirve y por qué se define sinó acaso, un jarrón chino (sino es por el recipiente). No consideran oportuno, importante el contenido; ellas mismas son las que utlilizan, se hacen valorar únicamente por sus formas, el exterior. Pero como todo caduca, se degrada o perece, y además tampoco nada es lo que parece, por bien parecido que parezca. O cuando la belleza, que debería ser un accesorio complementario que añada, cueza y enriquezca, un complemento a juego en perfecta combinación, un añadido... es única y exclusivamente lo definitorio: la definición. He sentado la belleza en mis rodillas y la he azotado, que escribíó Rimbaud. De la misma forma que hay flores de noche, existen mariposas que viven sólo un día... incluso algunas ni eso ni uno... aunque tal vez lo hagan algún día: vivir, sin ser arrastradas por el viento, la corriente, las apariencias, de flor en flor... Me refiero a moverse, por voluntad, iniciativa propia; por inercia, en este caso interior, a ser (más que estar) un poco mejor (a como nos viene dado). y a otra cosa...
|