Pues eso... El suicida por encargo, o víctima y criminal, verdugo, ni que sea por delegación –¡yo seré la herida y el puñal!, que escribió Baudelaire- Va a un bar... Bebe... y espera... El problema o la cuestión es que entonces quien llega... antes que el asesino a sueldo es una mujer... Y ahí empiezan los problemas... Los problemas y el deseo... Los problemas y el deseo... Y hasta aquí puedo leer Preciosa.
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