Lo curioso es que aunque te creas invisible para los demás sigas siendo vergonzoso, el que más, más que no conseguir serlo, más quisiera... invisible me refiero, que todo es ponerse supongo... Quizás sea la vergüenza un extraño mecanismo de opacidad... [ El otro día la poetisa me dijo hola sin que nos hayamos presentado... Con la o así muy abierta: hòòòla... Risueña, qué rica ella, me encanta... Dale una sonrisa gratuita a un tonto y tendrás unas cuantas horas de felicidad... Resultarás visible por momentos, como un niño que para esconderse se tapa y destapa los ojos con las manos, sin moverse de sitio... ] Lo que decíamos... Ahora recuerdo –asociación de ideas será, amnesia, realidad, pasado, locura... amor e identidad- el final de Amateur... Hal Harley... No siga leyendo si van a verla... o sí venga: una exmonja escritora de relatos pornográficos –Isabelle, yum, Huppert - recoge del suelo a un tipo amnésico... Martin Donovan, un tipo majo y sensible que resulta ser un peligroso asesino, cosa que descubren –y descubrimos- juntos, junto a ellos... a los cuales se añade para más inri una actriz porno que está para tirar cohetes –Elina Lowensohn-, exnovia del susodicho mal bicho... Lo matan... Curiosamente muere... ¿Conoce a este hombre?... Sí, afirma la exmonja, pese a desconocer su nombre, pasado, su vida... Si, lo conozco, repite Huppert... Fin.. [ De aquellos fantásticos, redondos y cortantes finales, tajantes y tajados como media sandía abierta acabada de inaugurar, como Viridiana, El marido de la peluquera, El coleccionista o Manhattan... en fin... ]
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