Se supone que la justicia es justa (y rápida). Que la policia es rápida (y eficaz), descubre y captura siempre al criminal, los jueces condenan a los culpables y nunca un inocente resulta encarcelado. Que las carceles son seguras y de ellas no se escapa ni dios ni disfruta de permisos sin haber demostrado que no reincidirá en su delito. Que todo el mundo es reinsertado en la sociedad después de haber pagado sus faltas y cumplido su condena. Que...
La ley del Talión, cortar las manos a un ladrón, matar a un asesino o cortar los cojones a un violador no devolverá la víctima a su estado anterior, no creo sea justo (por mucho que lo entienda e incluso me prestase a hacerlo) ni creo consiga evitar (como medida disuasoria, preventiva o intimidatoria) que ello vuelva a producirse (además de, creo, resultar nada ético)... Yo, como todo el mundo supongo, mataría a quien tocase un pelo de alguno de los míos... de pelos (difícil...) y de seres queridos, pero no creo tenga nada que ver eso con la justicia (como a mi me la explicaron: devolver a cada uno lo suyo, resarcir al agraviado, castigar al malo en su justa medida y evitar –sobretodo- que ello vuelva a producirse).
[Si no existiesen policía ni carceles... ¿Habría más delitos (o ninguno...)?... Si matásemos a los asesinos... ¿Habría menos homicidios (o más...)?]
Muerto el perro se acabo la rabia o cazar moscas a cañonazos no creo sea la solución. Tampoco sé cual es (ni me pagan por buscarla). En todo caso una idea podría ser... Conseguir que la justicia sea justa (y rápida). Que la policia sea rápida (y eficaz), descubra y capture a los criminales, los jueces condenen siempre a los culpables, sentencien una pena justa y nunca un inocente resulte encarcelado. Que las carceles sean seguras y de ellas no se escape ni dios ni disfrute de permiso alguno sin haber demostrado que no reincidirá en su delito. Que todo el mundo sea reinsertado en la sociedad después de haber pagado sus faltas y cumplido su condena. Que... Pero es tan sólo una idea...
No me gusta hacer de abogado del diablo, pero mucho menos de fiscal (y para nada de verdugo).
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