I'll be your mirror (in case you don't know) The Velvet Underground De la misma forma que los niños se cubren los ojos con las manos, schtsss... para esconderse y que nadie les encuentre, tal vez necesitamos que alguien nos mire, un alguien que nos mire (pero no un cualquiera) para no devenir invisibles; que te escuchen, para no perder la voz (habla mudito, pero a quién) o acabar hablando sólo. [ Un loco es un hombre sin amigos, o por ahí se empieza ] Mal que nos pese, es ante los otros, en relación, o gracias (de nada...), a propósito de ellos que nos definimos. Unos pocos "algunos", ante los que puedes ser, eres más tu... o no eres nada... nadie ya los sabíamos: un individuo, persona sin importancia colectiva; que es a lo más que logro definirme (que no es poco, considero incluso que demasiado). No quiero ser alguien para todos los demas, sino algo significativo y relevante para los míos, mis “algunos”, mis “yos”, o ante los que consigo verme. Cada uno es otro y somos muchos, por lo cual es conveniente escoger a quién nos pueda ver... mejor. Necesitamos de esos pocos que le reconocen a uno con los ojos cerrados, para poder hacerlo cada uno respectivamente, consigo mismo. Reconocerse me refiero, como ellos te ven. Como tu eres. Esos benditos algunos que son tu espejo, como en la canción de la Velvet Underground, reflejando lo que eres. [ por si no lo sabes ] Nada da más pereza que tener que volver a empezar a "explicarse", a uno mismo ante (nuevos) otros. Y los nuevos se cansan pronto y apartan la mirada. Y los viejos a menudo desaparecen, decrecen con la distancia, demasiados quilómetros los de la memoria en la ruta del olvido. Que uno acaba necesitando un catalejo, periscopio, branquias bajo el agua, maquillados como putas en el verano muerto (que cantaban Los Bichos) para poder verse a si mismo.
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