Durante más de 10 años devoré libros compulsivamente. Nada mejor que hacer... Estudiar, leer... Crecer quizás... Después, por ello mismo y por la intensidad de lo que leía fui dejando paulatinamente de hacerlo: Perdí la buena costumbre de leer 3, 4, hasta 5 libros por semana... Ahora mismo me cuesta horrores, más pereza me da y de menos tiempo dispongo para encontrar alguno que me atrape. Intentarlo siquiera... Pese a ello, el sábado acabé por fin “El diario del Ron” de Hunter S. Thompson, por algo será (ése)...
[Espero que Vann no me regale ahora el libro de aemekuese, para no complicar la cosa... ]
No, no son Johnny Deep ni Benicio del Toro sino el Dr. Gonzo y su abogado samonao... ¡Pum, plof!, entre ceja y ceja como dice Marc... Esto da asco. No más palabras. Sólo un gesto (que hizo Pavese). No escribiré más... Un brindis pues, por el malo de Hunter S. Thompson... ¡A su salut, doctor!
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