La tomatera enana de mi jardín ya mide un metro largo y ha parío... jardín es mucho decir... son dos maceteros en la ventana, pero bien cucos que son, oye... Cuando riegas la hierbabuena, ¡ummmm!, ya tienes el cuarto ambientao por un buen rato, fíjate... Pero nah, fuera romanticismos: pa la cazuela van... Pues sí, es un semigazpacho, pero ahora que empiezan los fríos apetece tomar algo calentito por el mismo precio, y con el mismo alimento aro... ¡Al ataqueeeee! ¡Una olla!... o perola en su defecto. Es como una paella pero alta. Sí, sí, es así para ganar estabilidad, capacidad y que no se salga el caldo, vamos... Para hervir, que es como freir pero con agua (y mucha)... Pero aunque sea un perola (repeat: paella alta para hervir) vamos a medio freir, rehogar dulce hogar para que quede todo más, más.... rehogado, eso... A saber: aceite, cebolla, pimiento verde, ajito y bicho (pero no te pases no te pases... Quim ha usado bichos havaneros y le ha quedado de rechupete)... Luego el tomate, un poco de patata, y finalmente el pan duro... Un par de vueltas y hala, tampoco te preocupes mucho porqué ahora lo vamos a hervir todo... ¡Hervir!: es como freir pero con agua, y además mucha (pero que no se salga que cuando hierve hace: bbblop bbbblop) ¡Truqui truqui!: Cuando la patata ya este blandita añadimos una cucharadita de miel (para matar un poco la acidez del tomate y la fortaleza del pimiento), y un poco de nata líquida o caserío en su defecto (que total, luego se hechará a perder el bote de nata abierto en un rincón de la nevera y no es plan... mejor que caduque sin abrir)... Trituramos y pasamos por el chino... ¿¡Dónde vasss!?... ¡No hombre no!, que eso es un colador pero afilaoooo... Supongo se le llama así porqué recuerda a un gorro chino, los chinos no sé como lo llamarán, txapela o barretina quizás... (capullo que soy) Y eso... Servimos... Picamos la hierbabuena y la tiramos por encima del plato... queso gouda rallado no vendría mal, o unos guisantitos sueltos de sorpresa, o minipelotillas de carne picada, o gambas de lujuria... chorrito de aceite (del bueno, no de girasol, ese para la freidora), y pimentón picante espolvoreado. ¡Y enga!, ¡chup chup churup chup chup chup chup chu-up! [Briconsejo: Aunque el plato es de tarifa reducida y dificultad 0 o nada (sólo hay que conseguir que no se pegue, que todo cueza y no amputarse algunos dedos con el minipímer), es agradecido como pocos (y no miro a nadie que me da estrabismo). No traguemos la sopa, y menos ésta... Mastiquemos, apretemos la lengua contra el paladar para notar los contrastes... ácido, caliente, dulce, refrescante, salado, picante... el tomate con la hierbabuena, ¡guateeee!...]
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