La gran noticia es... ¡Que no hay ninguna noticia!... ¡Cojonudo!, ¡sin novedad en el frente!... (Cómo debemos estar para que algo así constituya una excelente, sino la mejor de todas las noticias y lo digo de veras). No hay nada peor que esperar noticias, que no necesariamente tienen porqué ser malas, pero que lo mejor que pueden es no ser, ni noticias ni nada... Y si algo así, quiero decir, así como nada, nada nuevo, nada malo, consigue (sin vergüenza) hacernos saltar las lagrimas y a nosotros mismo de entusiasmo... ¿Porqué no podemos estar siempre así, así como eufóricos y rebosantes de felicidad a diario?... La respuesta es bien complicada: La sola duda de que algo pueda salir mal, junto a shhhhhh!, la certeza de que alguna vez va a tener que hacerlo consiguen éso, que pases del infierno a un completo y deliriante extasis de felicidad absoluta. ¡Y a la mierda todo lo demás! Será que la felicidad sólo se define por oposición (a taaaantas y jodidas cosas que hoy no pienso enumerar pero conozco perfectamente)... Que la felicidad en si no exista... Como la salud o el amor... Que al igual que el placer sea la ausencia de dolor, únicamente resulte visible y sentida ante la posibilidad o amenaza de perderla, o después... Es viernes noche... Estoy en cama, (evidentemente) solo y con fiebre... Anginas, principio de pneumonía, conjuntivitis y alguna extraña alergia... Y doy saltos de alegría entre las sábanas y gracias a mil dioses en los que hoy, estaría dispuesto a creer. Es imposible "ser" feliz, pero hoy lo estoy (aún estando y siendo como soy).
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