El fin de semana pasado fuimos unos de los -poco más de cien- afortunados asistentes al microfestival “Cabana* Rock” de Puigverd... Gran Festival, “cassolà”, “cassoles de tros” y lo mejor y más salvaje de cada casa, donde quien mejor se lo pasa son los músicos y el propio organizador del magno acontecimiento... ¡Bájate de ahí coño!... ¡Qué pasa si es mi casa! Longboards de Bilbao, Mister Jones, Lo Pardal Roquer... Rock'n'Roll de los 50's y 60's, rockabilly, surf, garaje... tuvieron cabida durante las 24 horas -algunos, ejem, algo más-, que tuvo de duración el evento... Y de quien quiero hablar es de Lo Pardal Roquer... David Esterri aka Lo Pardal Roquer, tipo educado, exquisito y delicado donde los haya. Con su bondad en la cara y en la frente; siempre de frente con sus maneras, andares y lenguaje de pueblo... Porqué sí, no es nada de lo que avergonzarse, tampoco para sentirse orgulloso. Eres cómo y de dónde eres, y si no es, eres así, no eres nada... Tipo instruido, culto y “leído” donde los haya, de una sabiduría popular, filosofía del día a día aplastante. Que tumba. Brutal. Todo es subir al escenario y transformarse, menudo elemento... en mesías, capellán descreido encima del púlpito... y somos su séquito, discípulos, seguidores... Nos instruye, ilumina, cuenta... la verdad, pero la auténtica. Las hostias, pero de la vida. Historias increibles que suceden increiblemente a diario. Créetelo pues son verídicas, veridicos los personajes, en todos los sentidos de la palabra, personajes... Extraños individuos, eso, nada más –y nada menos- que individuos sin importancia colectiva que decía Céline... Que necesariamente han de existir. Que necesitamos que existan. Lo conocí en un bar, cómo no, como siempre... Los de siempre y algunos más... Altas horas de la noche, bajas de la mañana ya... Una guitarra que vuela y va a parar a sus fornidos brazos... Empieza a tocar con los ojos salidos, mirando al infinito, medio en trance, aporreando la guitarra con una fuerza, convicción... La primera impresión... Carcajada... Textos hilarantes y desquiciados... Al minuto la sonrisa se transforma... Coño, te dices... Aquí hay algo más, mucho más... Me recuerda a una mezcla entre los Surfin’ Bichos, Violent Femmes y Nick Cave... Tengo esta mala costumbre (perdón). Sin tregua ni presentaciones, empalmando las canciones unas con otras, nos presenta en familia y al completo su primer disco, incluyendo rarities y caras B que nunca saldrán a la luz, y mejor que no lo hagan si no queremos encontrar algún día un pájaro aplastado en una cuneta... Acto seguido me levanto y le abrazo. Me tiro a sus pies y ¡oh!, le adoro maestro... Se hace de día... Es domingo hace ya bastante rato, pero hoy no hará falta que vayamos a misa... Polvo eres y más hechos polvo estamos. Compramos croissanes para la familia y diarios frescos del día. Nada nuevo bajo el sol. Vanidad de vanidades. Manías, fetiches y supersticiones además. Y poco más. Referencias al Eclesiastés, al apocalipsis... Ditirambos a la hipocresía de la catalana burguesía, al nacionalismo de conveniencia... “Corderito de dios”... A la religión... “Ave María moderna enséñanos el tanga y el piercing, Ave María danos carne”... Al sexo y la locura... A gente abollada. Jodida por dentro y por fuera... Como en Hot Valley (la Partida de Vallcalent) o en aquella otra, en que Esterri desgrana las aventuras y desventuras, desgracias, alegrías y correrías de algunos de los suyos... El que sale del psiquiátrico y el que intenta matar a un pariente cercano... El que sufre en silencio como las hemorroides o el que baila sin música... pero es buen chaval, que concluye el estribillo repetidamente. [ Los frikis son los demás... Todos los demás ] Cuando la frivolidad es una elección consciente más que una constante dejadez, falta de implicación y superficialidad. Cuando la sencillez triunfa sobre lo banal, la desidia y lo fatuo... no hace falta ser serio para resultar profundo, sino todo lo contrario... O de la risa considerada como la más profunda sabiduría. Es lo que hay... Y a veces hay algo más, que lo que vemos. Pardal eres sabio. Pardal eres grande. Menudo gran pajarraco, sí... * Cabana: Similar al apelativo de origen leridano “carrincló” o “carrincla”... Bonachón, desenfadado y alegre. Inocente y ligeramente inconsciente, de cascos también, aunque sabio. Muy sabio aunque lo disimulen extraordinariamente bien. Espabilado, ingenioso y despierto, aunque se duerman en los laureles. Angelillos con cuernos de caracol, en ocasiones más perjudiciales para si mismos que para los demás. Dotado de una locura maravillosamente lúcida y limpia. Buen chaval en resumen, aunque un poco tontaina, en el buen sentido de la palabra.
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