Lanzar ideas al aire y disparar acto seguido contra ellas –que decía Jarry-, para gozar del propio proceso... o proyectos... ¡Siempre –y sólo- proyectos!... Que la propia constancia y frecuencia por imaginar sea el principal inconveniente para llevarlos a cabo, la causa por la que no se malmeten. Toda intención es buena, si no ha lugar. Que nada prospere (y que tu no lo veas).
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